Astaná.— La argentina Paula Pareto es de esas personas que vale la pena pasarse horas conversando, aunque sea la primera vez que la conozcas. Graduada de medicina en enero del 2014 y campeona del mundo de judo en la división de 48 kilogramos desde este 24 de agosto, la sudamericana fue más conocida por los cubanos cuando en los pasados Juegos Panamericanos de Toronto, al perder con nuestra Dayaris Mestre, el primer gesto que tuvo fue cargarla encima del tatami.
Luego de varios días preguntado por ella entre el resto de la delegación, por fin la vi entrar este jueves al Palacio de Hielo Alau con sus audífonos y despojadas del pesado judoguis. La pequeña judoca, de ojos claros, pelo rubio y una sonrisa encantadora, lanzó la primera idea, otro gesto, al pedirle unos minutos para la entrevista que me debía como reportero en estas citas. “Con mucho placer, para Cuba todo mi respeto y cariño, pregunte lo que quiera”.
Después de los Juegos Panamericanos, en los que terminó con plata, ¿cómo asumió la preparación para este campeonato mundial?
“A Toronto llegué un poco cansada por la cantidad de torneos en que había competido este 2015 y finalicé con plata. Al terminar, tomamos un tiempo mínimo de descanso, porque el mundial estaba muy cerca, y eso me sirvió para llegar con más energía acá. Obviamente, todos los eventos sirven para sumar puntos para el siguiente y los Juegos Panamericanos me enseñaron qué debía hacer a partir de lo ocurrido para mejorar. Y gracias a Dios, aquí en Astaná salió el resultado mucho mejor de lo que esperábamos mi entrenadora y yo”.
Bronce olímpico en Beijng 2008, plata mundial en Chelyabisnk 2014 y ahora monarca del orbe en 2015. ¿Cuánto queda por hacer todavía?
“Siempre digo que mi idea es seguir entrenando todos los días porque esto es lo que me gusta. Nosotros nos manejamos por ciclo olímpico, así que si voy a seguir hasta los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro del próximo año, que es la meta final. Vamos a ver qué pasa allí. Ojalá se dé la mejor manera, pero estoy consciente de que en el judo, como en todos los deportes, a veces se gana y a veces se pierde. La clave es tener un buen día y cuando sucede lo que me pasó ahora, que me fue bien y gané, uno lo que gana no solo es la medalla, sino también esperanza. Además, se comprueba que le puedes ganar a muchos que son considerados los mejores de tu categoría”.
En el combate final contra la japonesa vimos a una Pareto muy bien físicamente, como si no hubieras tenido antes cinco duras peleas. ¿Qué estrategia proyectaron para esa pelea final?
“Lo que hablamos con los entrenadores era ir siempre a marcar primero, a ponernos delante en la puntuación porque con las japonesas si no buscas tú la iniciativa la toman ella con su depurada técnica. La idea era actuar primero que mi rival y no dejarla pensar demasiado lo que tenía que hacer. Debía ser más activa y no dejarme robar la iniciativa. Por suerte, todo salió bien, no pude marcar ninguna técnica, pero se vio la diferencia mía en cuanto a los ataques y ahí se marcaron las sanciones o shidos contra ella, que finalmente decidieron la victoria”.
¿En qué lugar pondrías este título en un orden de importancia dentro de tu laureada carrera deportiva?
“Es una de las medallas más importantes porque primero marca una tendencia, una estabilidad, pues a veces uno logra un resultado importante y después no alcanza más cosas. Segundo, porque se logró después de haber ganado muchas medallas en varias competencias este año.
“Desde los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 hasta hoy me he mantenido en la elite de este deporte y aunque sabía que no iba a ser fácil ser campeona mundial, lo he podido lograr. Además, me satisface mucho por el judo que hice, por las rivales que enfrenté, y porque ha sido uno de los torneos más duros y difíciles a partir de la llave o grupo que me tocó. Pero precisamente ese reto altísimo es lo que ahora hace sentirme más feliz”.¿Después de Rio de Janeiro se tomaría un descanso?
“Por ahora mi meta son los Juegos y finalizar ahí. Pondré el resto que queda de mí en ese torneo. Sin embargo, antes de Beijing dije que llegaba hasta ahí, antes de Londres lo repetí y mírame aquí. Ahora digo que voy a llegar hasta ahí, pero la realidad es que uno nunca sabe que pasará después de ese momento. (sonríe). No te puedo asegurar que pasará con Pareto”.
¿Cómo ha sido la reacción de la prensa argentina tras el oro mundial en judo?
“Hubo mucha repercusión y es raro porque es un deporte no muy divulgado en mi país. El fútbol se lo roba todo, pero el judo no es tan conocido y además está el mundial de atletismo que por suerte también hemos salido bien. El atletismo es mucho más visto. No obstante, me llamó la atención la repercusión que tuvo mi oro, para bien”.
Hablemos de Cuba y aquel gesto que te eternizó para nuestro pueblo cuando cargaste a Dayaris Mestre tras la derrota en la final de Toronto.
“En verdad fue lo primero que me salió. Sé que todos hacemos un esfuerzo por llegar ahí, al oro, y cuando se llega es lindo. Me puse contenta por ella porque conozco todo lo que las judocas cubanas entrenan y hacen. Siempre las veo dando lo mejor en cada torneo y a Dayaris no se le estaban dando resultados que se merecía y bueno, en ese caso, lástima que fue contra mí, pero era una alegría para ella y quise compartir eso con el gesto de cargarla. Después que salí del tatami vino la bronca conmigo misma y el por qué perdí. Sin embargo, es lindo ver a alguien feliz por un logro que a uno lo hubiera hecho feliz igual”.
¿Qué opinión te merece el judo cubano en general?
“Tengo muy buenas relaciones con todas, desde las categorías pequeñas hasta con Idalis Ortiz. Son gente con muy buena onda y como todos los cubanos que conozco, siempre tienen disposición a salir a buscar el triunfo. Están siempre felices y eso me encanta, ver a personas felices. Con el entrenador Ronaldo Veitía y con las chicas hay una amistad más allá del tatami y se nota.
“También pasa con las judocas de América en general. Tenemos una hermandad en todos los torneos y eso es bueno, porque tal vez los países de Europa y Asia no la tienen, pero nosotros sí. Nunca debemos perderla. Eso se ha visto siempre y en estos días lo he podido apreciar más, cuando se me han acercado muchos judocas a felicitarme por el oro y me dicen: es algo bueno para América. Y eso me hace sentir orgullosa de vivir en este lado del mundo”.
¿Iría Pareto a entrenar a Cuba?
“Claro, puedo ir. Obviamente que sería bueno para mi judo. De más está decir que el judo cubano es de los mejores del mundo y siempre es bueno entrenar en un lugar donde salen grandes campeones como allá”.