Al triplista cubano Pedro pablo Pichardo no se le puede culpar de nada. De hecho, en condiciones normales su último salto de 17,73 metros le hubiese alcanzado para la medalla de oro mundial, pero el estadounidense Christian Taylor sacó de la chistera el segundo mejor registro de la historia y con 18,21 se alzó con la corona en el Campeonato Mundial de Atletismo, en Beijing.
Pichardo había comandado la competencia hasta la cuarta ronda de saltos con 17, 60, cuando el estadounidense Taylor se estiró hasta los 17,68. En sus dos intentos restantes Pichardo trató de alcanzar a su rival de toda la temporada, incluso después de que este pulverizara todas las esperanzas un salto descomunal y que solo es superado por el récord mundial del británico Jonathan Edwards (18,29) impuesto el 7 de agosto de 1995.
De esta manera, Pichardo mantiene su condición de subcampeón mundial, tras la plata obtenida en el 2013. Aunque quedó por debajo de las expectativas creadas por su marca de 18,08 alcanzada en el Estadio Panamericano de La Habana el pasado 28 de mayo de 2015.
La medalla de bronce recayó en el experimentado portugués Nelson Évora, quien en su último intento alcanzó su mejor marca de la voló llegó hasta los 17,52 metros y desbancó así al estadounidense Omar Craddock (17,37).
Taylor había vencido al cubano en dos ocasiones durante la presente temporada, y también debe ser su oponente más recio en la lucha por el trono olímpico en 2016.
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