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Rita Montaner: Palma, rayo, Única

Por Ernesto Montero Acuña

Como Única, rayo o palma se rememora a Rita Montaner en el aniversario 115 de su nacimiento, calificativos de los mejores con que se la haya identificado entre los que se le prodigaron a esta gran artista cubana de la radio, el cine, el teatro y la televisión.

Con justa razón le tributaron elogios memorables, en vida, el Poeta Nacional Nicolás Guillén y el novelista y musicólogo Alejo Carpentier. El primero la sintetizó como la que “mejor haya trabajado tan largamente por Cuba”;  (1) y el segundo consideró exquisito “su timbre de voz […] que acaricia el oído”. (2)

El presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba,  Miguel Barnet, declaró el 20 de agosto, día del nacimiento de la actriz, que todo el que busque las raíces de lo cubano, la esencia nuestra, tiene que ir a Rita Montaner, pues “fue única en todo el repertorio que incorporó a su carrera”. (3)

El poeta y etnólogo, autor de obras trascendentes en la cultura nacional como Gallego, Cimarrón, Canción de Rachel o el cuento Fátima, que ahora se proyecta como filme en los cines cubanos, la sintetizó mediante una excelente definición: “Era como una palma real”.

Comentó también que el reconocido músico Leo Brouwer la definió como “un rayo en el cielo de Cuba”, en aparente alusión a la vida radiante y corta de la artista, que nació en el año 1900 y falleció en 1958. Su desarrollo coincidió con el origen de la radio, en  cuya inauguración actuó el 10 de octubre de 1922.

Con respecto a sus presentaciones en 1929 en París, Alejo Carpentier dejó una notable precisión: […] “en el dominio de lo afrocubano, resulta insuperable. Es, en su género, intérprete tan fuerte como pudo serlo, en el suyo, una Florence Mills.”

Sus presentaciones internacionales resultaron muy aplaudidas en Estados Unidos (años 1926, 1931, 1934, 1939 y 1948), Francia (1929), España (1929),  México (1933),  Argentina (1934 y 1942) y Venezuela (1939 y 1953), giras que comprendieron numerosas ciudades y las capitales de estos países.

Viajó a México en 1947 para la filmación de María la O, basada en la zarzuela homónima de Ernesto Lecuona, dirigida por Adolfo Fernández Bustamante. También interpretó a la negra Mercé en la película mexicana Angelitos negros, junto con Pedro Infante.

Su última presentación fue en 1957 en la comedia británica Fiebre de primavera, de Noel Coward, en la sala capitalina Arlequín.

“En más de una ocasión”, escribió Guillén, “cobró La Habana fuerza súbita, contorno terrenal y hasta una definida ubicación política gracias al trino de esa pequeña y gran mujer, cuya piel dorada es un símbolo de las dos razas que crepitan en su corazón y se le salen a los labios en un mismo hálito de fuego”.

En el 2015, Rita Montaner cumple 115 años de recuerdo, junto a lo más autóctono de la cultura nacional, como una palma real.

 

(1) Nicolás Guillén: Rita de Cuba, periódico Hoy, 28-III-1942. Reproducido en Prosa de prisa, tomo I, digital.

(2) Alejo Carpentier: Citas de sus crónicas acerca de Rita Montaner, consultadas en Internet.

(3) Miguel Barnet: Entrevista para la TV cubana, 20 de agosto del 2015, realizada para el Noticiero Cultural por Diuber Farías.

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