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Driulis González: “Orgullosa de ser cubana”

Driulis Gonález junto a Marius Vizer, presidente de ka Federación internacional de Judo (derecha) y Rafael Manso, titular de la Federación Cubana.
Driulis González junto a Marius Vizer, presidente de ka Federación internacional de Judo (derecha) y Rafael Manso, titular de la Federación Cubana.

Astaná.— Si alguna judoca cubana se roba titulares y muestras de cariño en esta capital es Driulis González. La exaltación al Salón de la Fama de la Federación Internacional el pasado 22 de agosto, las fotos constantes con ella en el Palacio de Hielo Alau de atletas y aficionados, así como los consejos oportunos a las muchachas que han competido de nuestra selección le han robado el tiempo por estos días.

Con un look muy diferente a cuando competía, con varios kilogramos de más a los 63 kilos que mantuvo por años, bromista y con una mirada personal de cada premio ganado en su carrera deportiva, la guantanamera accedió a conversar un rato sobre estos últimos acontecimientos y el futuro del judo cubano.

¿Qué significación tiene esta exaltación luego de más de 20 años de carrera deportiva?

“Una gran alegría, orgullo y emoción ser exaltada al Salón de la Fama por la Federación Internacional de Judo porque eso resume el sacrificio, la entrega y la dedicación que tuve que hacer como atleta por más de dos décadas. Además, lo veo también como una recompensa a mis resultados, a mis entrenadores, a mi familia, al pueblo de Cuba que tantas muestras de afecto me ha dado siempre”.

Eres la única latinoamericana en ese selecto grupo y la segunda judoca de Cuba, pues hace dos años entró Héctor Rodríguez, nuestro primer campeón olímpico en 1976.

“Es un orgullo porque realmente Cuba es un país pequeño en comparación con otras naciones desarrolladas que tienen más condiciones para entrenar y para ser tomados en cuenta en este tipo de exaltaciones. Además, nuestra historia en el judo comenzó apenas en la década del 50 del siglo pasado y los grandes resultados llegaron con el triunfo de la Revolución. Si comparas eso con países como Japón, Sudcorea o muchos de Europa estamos en desventaja. Nadie pensó hace nunca que algún día el judo cubano viviría este momento, que ahora me tocó a mí como ayer le tocó a Héctor, pero en el futuro pudieran ser exaltadas cualquiera de mis compañeras”.

Háblanos un poco de la Ceremonia o Gala de Premiación

“Se efectuó en la noche del sábado 22 de agosto. Muy linda, emocionante y participaron pocas personas, todas seleccionadas por los organizadores de la Gala. Hubo música, videos de los grandes momentos de los exaltados y palabras muy afectuosas del presidente de la Federación internacional de Judo, Marius Vizer, para cada uno de nosotros. Esta vez fueron 9 personas, cinco de ellas mujeres. En mi mesa había una pequeña representación de federativos de América apoyándome”.

Siete podios mundiales y cuatro olímpicos, 36 oros en torneo del máximo nivel, dígase Grand Prix, Grand Slam. ¿Qué ejemplo te gustaría dejar a las nuevas generaciones de judocas?

“Considero que les sirvo de ejemplo no solo a las muchachas jóvenes, sino a las que están establecidas y al resto de las judocas del mundo por mi humildad y sencillez. Más que famosa, estoy orgullosa de ser cubana. Cuando llegaban esas medallas que mencionas uno no se daba cuenta de la historia que estaba tejiendo y hoy es que lo valora con más tranquilidad”.

De todos los títulos y momentos emocionantes, ¿con cuál te quedarías siempre para contarle a tus hijos, a tus nietos, al pueblo?

(Piensa un poco y responde certera). “Me quedaría con todas las medallas, las de oro, plata y bronce que gané. Con todas sin distinción, pero también con la medalla de la disciplina, la entrega, la de los entrenamientos diarios. Para mi todas son de oro”.

Instantes de la ceremonia de exaltación al Salón de la Fama del judo Internacional.

Comenzaste tu vida como entrenadora trabajando con niños y le dedicaste esta exaltación a tu hijo Peter Javier. ¿Algo especial?

“Dediqué este momento a mi hijo porque es la más preciado que tengo. No ha seguido el camino del judo, pero tampoco se lo voy a imponer porque yo empecé por embullo y lo apoyaré en lo que quiera ser.

“En cuanto al trabajo con los niños fue muy importante comenzar en la base, en un proyecto comunitario en el Cerro. Y estoy satisfecha con lo que pude lograr. Ahora estoy de entrenadora en el equipo nacional y la labor que tengo es atender a las juveniles. El trabajo se está viendo con un salto grande en esa generación. Puedo asegurarte que habrá un relevo excelente, siempre que se les exija como hicieron con nosotras y mantengan disciplina”.

Finalmente,¿cómo ves este mundial para nuestros equipos?

“Los campeonatos mundiales siempre han sido fuerte y este no es la excepción. Además, es el que antecede a los Juegos Olímpicos que concentra más la calidad. Hay tremendo nivel, y nosotros (me refiero a la selección femenina) hasta ahora nos hemos ido sin medallas en 48 y 52 kilogramos, pero faltan figuras y pienso que el equipo levante. No olvides que somos guerreras y siempre hay que contar con nosotras”.

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