Astaná.- La primera jornada del XXXI campeonato mundial de judo tuvo un cierre inesperado con los triunfos de la argentina Paula Pareto en los 48 kilogramos y el kazajo Yeldos Smetov en 60 kg, lo cual hace presagiar no pocas sorpresas en una lid que ofrece puntos para el ranking olímpico y a la que asisten 12 de los 14 campeones de la versión anterior en Chelyabinsk.
Pareto celebró con las lágrimas un triunfo que se le hizo esquivo hace un año cuando perdió en la final con la japonesa Ami Kondo (bronce ahora), y su mayor virtud en la pelea por el cetro fue atacar, atacar y atacar, lo cual desconcertó por momentos a la también nipona Haruna Asami, a quien venció por acumulación de shido.
“Lloro porque sé que podía, por los muchos que confiaron en mi”, dijo a su entrenadora la también medallista olímpica, quien cayó hace solo unos meses frente a la cubana Dayaris Mestre en la discusión de la dorada de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015.
Por su parte, para el local Smetov, oro mundial juvenil en el 2010, tuvo su prueba de fuego en semifinales, cuando derrotó al titular defensor, el mongol Boldbaatar Ganbat, mientras el primer lugar salió de la victoria ante su compañero de equipo Rustam Ibrayev.
“Es un triunfo que se lo dedico al público que vino a apoyarnos y espero que no sea el último en mi joven carrera deportiva”, expresó a la televisión local el nuevo monarca de una división en la que Japón ha dominado seis veces en los últimos 20 años.
Para ambas naciones fueron estas sus segundas coronas universales, pues con anterioridad Daniela Krukower (63 kg) había hecho historia para Argentina con su título en Osaka 2003, en tanto la primera presea para el gigante sudamericano la aportó Carolina Mariani (52 kg) en Chiba 1995 con plata.
En el caso de los anfitriones de Kazajistán —hoy repletaron el Palacio de Hielo Alau desde bien temprano—, el primer oro en estas citas les llegó en Rotterdam 2009 por intermedio de Maxim Rakov (100 kg), uno de los ídolos que entrará en acción en la penúltima fecha de competencia.
La cita mundial agrupa a 729 judocas de 120 naciones y es la primera ocasión que Kazajistán acoge un evento de esta magnitud en un deporte con mucha tradición en Asia y que crece en promoción a partir de la transmisión en directo a más de 100 naciones.