El primer ministro chino, Li Keqiang, llegó al lugar de las explosiones de Tianjin, al norte del país, para dirigir las operaciones de rescate del desastre que ya contabiliza 112 muertos, cifra a la que se elevó ayer tras el hallazgo de otros cuerpos sin vida.
El dirigente prevé visitar a los bomberos, miembros de las fuerzas de salvamento y a los lesionados en el siniestro.
El Premier realiza la gira en representación del Comité Central del Partido Comunista de China, del Consejo de Estado y del presidente Xi Jinping.
En los hospitales permanecen 722 personas lesionadas, de las cuales 58 se encuentran en estado crítico o grave.
Unos 160 soldados especializados en sustancias químicas laboran en la zona del desastre y mil 100 militares visitan casa por casa para buscar potenciales supervivientes.
Asimismo la policía ordenó desalojar un radio de tres kilómetros en torno al lugar por temor a la contaminación del aire con sustancias tóxicas. Medios locales indicaron que unas 700 toneladas de cianuro estaban almacenadas, y que podría haber presencia también de nitrato de potasio y de amonio.
El presidente Xi Jinping manifestó que lo ocurrido obliga a las autoridades a reforzar las medidas de seguridad y priorizar el interés de las personas. Un mejor mecanismo de respuesta ante emergencia, mayor aplicación de normas de seguridad laboral, así como un sistema más estricto de rendición de cuentas.