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Inolvidable diálogo con Fidel

Foto: Roberto Senén Cabrera Zaldívar
Foto: Roberto Senén Cabrera Zaldívar

 

El ingeniero Roberto Senén Cabrera Zaldívar durante muchos años estuvo en la dirección  del Fórum de Ciencia y Técnica en la provincia de Las Tunas, un movimiento ideado y guiado por el líder histórico de la Revolución Cubana que desafiaba las carencias y limitaciones generadas por el bloqueo económico impuesto a la isla por el Gobierno norteamericano.

Fue aquella época de lujo para este territorio del oriente cubano que siempre se mantuvo en la vanguardia nacional por su contribución a las soluciones de piezas de repuesto, a la innovación tecnológica y la generalización de las experiencias más prometedoras.

Por eso Roberto subió en más de una ocasión al podio de premiaciones, donde Fidel entregaba lauros y dialogaba con los agasajados. Del primer encuentro guarda en su memoria cada detalle, sobre los que ahora comenta a propósito del cumpleaños 89 del invicto Comandante.

Roberto, en foto publicada por el diario Granma para ilustrar el discurso del líder histórico de la Revolución en la clausura del IV Fórum apareces dialogando con Fidel, ¿cómo recuerdas ese momento?

Con el Comandante, en esa ocasión intercambiamos sobre la producción de cerámica ornamental en Las Tunas, pues el búcaro que me está entregando lo habíamos llevado nosotros mismos al evento para la actividad de reconocimiento a los más destacados del país.

Fidel, en tono fraternal y jocoso, me preguntó qué yo pensaba poner en ese búcaro. Me dijo ´…Seguro que ron´. Le contesté que  flores, y él insistió: ´Ah, cerveza, tú eres cervecero. ¿Vas a poner cerveza?´, insistió y le reiteré: flores, Comandante.

Entonces se percató de la configuración de la pieza cerámica y me dijo: ´En ese búcaro no se puede poner ni ron, ni cerveza; ese búcaro tiene ¡huecos!´ Acto seguido le expliqué que el búcaro era  calado, un recurso de diseño y manufactura que los ceramistas emplean para  aligerar  las piezas.

Me preguntó qué de dónde yo sabía esos detalles de la producción cerámica y le conté que  personalmente participaba en el proceso de selección y traslado de las piezas desde la fábrica en Las Tunas hasta el mismo Palacio de Convenciones.

Le conté que en la Empresa de Cerámica durante todo el año era un estimulante acontecimiento la producción y selección de aquellas obras que se destinaban al evento y, que el  colectivo estaba muy motivado al pensar en la posibilidad de que él personalmente manipulara las piezas y en cada departamento, cada área del proceso se seleccionaba cuidadosamente las piezas para Fidel.

Y con la suspicacia de siempre sentenció: ´Pero has realizado un gasto extra de combustible en transporte, pues ustedes los tuneros se las llevan casi todas de regreso´.

A lo que respondí: aunque, claro, Comandante, después que usted nos la entrega como estímulo tienen un valor multiplicado.

Durante minutos, no puedo precisar cuántos, me interrogó sobre el proceso de producción de la cerámica ornamental en Las Tunas, las materias primas, el consumo de energía… etc. Menos mal que yo dominaba el tema, porque  era uno más entre los protagonistas de que esos productos llegaran a sus manos. Fue una experiencia inolvidable, la primera conversación con Fidel: amena, interesante y muy estimulante, enfatiza Roberto.

En aquellos años la provincia de Las Tunas siempre subía al podio de premiaciones y  allí estaba Fidel, ¿cómo recuerdas los otros encuentros?

Es cierto, en otras ocasiones, también memorables para mí,  en las  que accedí a las premiaciones él, con esa memoria prodigiosa, excepcional siempre le dio continuidad al tema.

Recuerdo que en uno de los eventos los organizadores introdujeron, sin consulta previa, cerámica de otra procedencia  y enseguida que tomó la primera muestra en sus manos detectó la diferencia con las piezas que tradicionalmente se entregaban.

Al instante conectó uno de los  micrófonos y preguntó: ´Pedrito —llamaba la atención del Comandante Pedro Miret Prieto,  a la postre al frente del Movimiento del Fórum— ¿esta cerámica es de Las Tunas?´

Y cuando supo el origen   comentó: ´Ya me parecía que no era cerámica tunera, está llena de defectos, tiene filo, corta… Esto es una bomba. Y a cada quien que le  entregaba una pieza le hacía mil recomendaciones gestuales, en particular a las damas, para evitar que se cortaran con aquella que él llamó navajas.

En esa ocasión el cargamento de cerámica de Fidel, como la calificábamos los tuneros, lo empleamos con nuestra delegación en el Palacio de Convenciones para reconocer y agasajar aquellos que se destacaban por su cooperación con Las Tunas. Las autoridades del Palacio nos cedieron la Sala 8 y allí  efectuamos la ceremonia de reconocimiento a la prensa, a otras instituciones y territorios se llevaron de recuerdo nuestras famosas piezas ornamentales”.

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