Por Orestes Eugellés Mena
Representantes de 21 organizaciones sindicales de 11 países del Caribe, reunidos en Willemstad, Curazao aprobaron una declaración dirigida a promover la integración política, económica, social y cultural en la región.
Los reunidos, convocados por la Federación Sindical Mundial, afirmaron que la unificación de las naciones del área constituye un factor determinante para avanzar hacia el desarrollo sostenible, el bienestar de los ciudadanos.
En el documento se destaca la necesidad de que en cada uno de los países caribeños, el Estado asuma su responsabilidad en la instrumentación de las políticas económicas, sociales, antineoliberales y solidarias que fomente la cooperación como se desarrolla en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América.
Entre los sindicalistas caribeños existe la voluntad de acompañar a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) dada su extraordinaria significación estratégica en los destinos de la región, al reconocer las bases que identifican, sin que medien intereses hegemónicos externos, como expresión de la necesidad de reivindicar la soberanía popular.
El apoyo de los representantes de los trabajadores del Caribe a la CELAC, independientemente de la diversidad de credos e ideologías, se basa este organismo proclamar la eliminación de la desigualdad y la pobreza, y en que está agotado el modelo económico y las políticas impuestas desde Washington, contrarias a los anhelos de los pueblos del área.
En la Declaración se llama a provechar las ventajas que ofrecen los mecanismos regionales y subregionales como la Asociación de Estados del Caribe (AEC), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), así como otros mecanismos internacionales como el grupo Brasil Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS),
Igualmente, se reconoció a PETROCARIBE, como un extraordinario elemento aglutinador protector de las economías caribeñas que se ven favorecidas con este proyecto y se propuso que con el fin de fortalecer a ese organismo realizar un encuentro de organizaciones sindicales de países vinculados a esa entidad.
Todos estuvieron de acuerdo que en el Caribe los principales indicadores del mercado laboral, de la desigualdad y de la pobreza están evidenciando que la vulnerabilidad y los principales problemas de la región no se están solucionando, y de forma particular, las mujeres son aún más afectadas, por lo que se llamó a la Federación Internacional de Mujeres Democráticas a enfrentar las iniquidades que en las relaciones de trabajo padecen.
Los dirigentes sindicales de países caribeños analizaron con preocupación cómo en medio de la crisis económica, la turbulencia de los mercados financieros mundiales y las dificultades fiscales se pone en peligro la situación económica mundial que incrementa el precio de los productos básicos y la inseguridad alimentaria problemas que recaen principalmente en los trabajadores y sus familias.