Hotel tranquilo, de grandes jardines, rodeado por cocoteros, palmas y árboles frutales. De cabañas rústicas a semejanza del bohío cubano que combina la moderna piscina y los cómodos restaurantes con el mundo pastoril de cabras, paseos a caballo y el aire puro con un césped donde se puede descansar.
El hotel La Granjita, ubicado en la ciudad de Santa Clara, perteneciente al Complejo Los Caneyes del Grupo Cubanacán en la central provincia cubana, es una opción de verano para turistas extranjeros y nacionales.
José Luis Medina Vegas, su director, explicó que la instalación es visitada por alemanes, holandeses y franceses, fundamentalmente, los que van de tránsito hacia la cayería norte del territorio, donde existe un polo turístico de insuperables playas y quieren conocer la ciudad rica en historia y tradiciones, en particular los sitios vinculados con la vida y obra del Che, y disfrutar de la vida artística de la urbe que incluye conciertos y espectáculos en varios escenarios, o las ofertas del centro El Mejunje. Además aseguró que los nacionales visitan el hotel con asiduidad debido a la opción económica de esparcimiento que se ha establecido para esta temporada de verano.
El hotel La Granjita ha logrado durante este año cumplir el plan de ingresos y obtener utilidades con un sostenido crecimiento mensual, posee un ranchón con comida italiana, mesa bufé, bar piscina, espectáculos nocturnos, Internet y áreas de descanso con varias opciones.
A lo “guajiro” en La Granjita
“Lo que más resalta en esta instalación es lo cubano y en ello sobresale el rescate de la cocina criolla con sazón natural lo que ha hecho especial a este sitio. Ello se complementa con todos los atributos y costumbres de nuestro mundo campesino”, dijo Carlos González, el capitán del restaurante.
“A los turistas les impresiona el ambiente campestre del restaurante, poder tomar las frutas de una carreta rústica, elegirla tal como pudieran hacerlo en el propio campo y sobre todo que la comida está cocinada a lo cubano tal como lo hacemos en familia, también los jugos naturales”, precisó.
El hotel es además un área de exposición de obras de artistas villaclareños relacionadas con la cultura campesina: esculturas de una carreta, una yunta de bueyes, una campesina extrayendo agua de un pozo rústico pueden apreciarse por toda la instalación en medio de los jardines o presidiendo cada bloque de habitaciones. Particularmente sobresale la bienvenida con grupos musicales campesinos, bailes tradicionales como la caringa, el zapateo…
Los trabajadores
Sus trabajadores se esmeran por atender a cada uno de los clientes, le dan solución a las más increíbles solicitudes; es reconocida la higiene, amabilidad y se complacen en ofrecer una estancia familiar y en armonía.
Maydiel Meléndez, el maître, aseguró que mantener el hotel limpio, sus áreas verdes acondicionadas, y todo el engranaje que ello implica es complicado, pero se esfuerzan para que todo funcione con eficiencia y reconoció que en ello es importante el acercamiento con los estudiantes de la escuela que forma a los trabajadores del turismo en la provincia.
A Kenier, uno de los dependientes, se le ve entrenando a Jorge y a Yeni, orientándoles qué deben hacer y cómo tratar al cliente. “Mi trabajo se complementa con la labor de entrenamiento a los más jóvenes que llegan al mundo del turismo. Enseñarlos a que la calidad es los primero y tener responsabilidad en la labor es uno de mis intereses, ellos son ahora aquí en la práctica mis alumnos, tal como lo fui yo en otra época”, recordó.
En La Granjita la estancia es agradable. Es una villa turística típica, con trato familiar y donde se disfruta por la tranquilidad. Posee 71 habitaciones con capacidad para más de 120 turistas, además de aquellos que desean pasarse el día en la instalación.