Al intervenir en un foro de la National Urban League, que aglutina a la comunidad negra, en Fort Lauderdale, así como en un discurso en la Universidad Internacional de Florida, la exsecretaria de Estado pretende respaldar la política de acercamiento a la isla impulsada por la administración del presidente Barack Obama, adelantó su equipo de campaña.
Asimismo, Clinton criticará a sus oponentes republicanos por defender lo que considera políticas fallidas del pasado, agregó la fuente.
Durante el foro en Fort Lauderdale, Clinton coincidirá con el exgobernador de Florida y precandidato republicano a la Casa Blanca, Jeb Bush, férreo opositor a cualquier nexo bilateral entre Washington y La Habana.
En varias ocasiones la exprimera dama defendió el levantamiento del bloqueo contra la nación caribeña.
En su libro Hard Choices (Decisiones difíciles) asegura que mientras se mantuvo al frente del departamento de Estado (2009-2013), recomendó a Obama revisar la política de sanciones comerciales contra Cuba y la prohibición de viajes de ciudadanos estadounidense a la isla.
Las ideas que piensa defender la favorita para agenciarse la candidatura demócrata a los comicios presidenciales de 2016 provocó la reacción inmediata de uno de sus posibles contendientes, el senador republicano Marco Rubio, el más activo de los voceros de la política anticubana en el Congreso.
El jueves, el diario digital The Hill consideró un golpe preventivo contra Clinton la opinión de Rubio de que el rechazo al bloqueo constituye un error, al tiempo que reiteró sus posiciones contrarias al nuevo curso de la política de Obama hacia Cuba.
Este legislador de origen cubano, que integra un pelotón de 17 aspirantes a la Casa Blanca por el partido Republicano, dispone de apenas siete por ciento de apoyo de los posibles votantes, de acuerdo con encuestas recientes.
Según expertos, pudiera aprovechar el tema para lograr una mayor visibilidad en los medios, en particular en Florida.
Rubio y otras personalidades de su partido prometieron que si triunfan en las presidenciales del 8 de noviembre de 2016, cerrarán la embajada en Cuba, abierta el 20 de julio último, y romperán las relaciones diplomáticas con la nación antillana.
Sin embargo, especialistas en el tema advierten que esta aseveración dista mucho de lo que revelan sondeos de opinión recientes, según los cuales alrededor de 60 por ciento de los estadounidenses apoya el restablecimiento de relaciones con Cuba.
(Tomado de PL)
