Haydée Santamaría Cuadrado fue la última víctima del Moncada. Su muerte súbita, inesperada y de su propia mano confirma que por más que trató nunca superó los trágicos acontecimientos en los que estuvo envuelta el 26 de Julio de 1953. Las huellas de aquellos días le siguieron lacerando.
Ella, que había dado esperanza a desesperados, ayudado a encontrar el rumbo a muchos, creado proyectos continentales de la más alta ternura y escudriñado verdades no pudo matar su propia tristeza. Le consumió, en un instante fatal, la nostalgia y la zozobra.
Pero Yeyé fue grande.
Se le recuerda como la niña fuerte y enérgica del central Constancia, en Encrucijada, municipio villaclareño donde nació, esa niña que luego sería una mujer de temple y coraje. También la que buscaba la justicia y escuchaba las arengas de Jesús Menéndez entre los arbustos del cañaveral.
El sobrenombre de Yeyé le acompañó siempre. En Constancia y Encrucijada sus familiares y amigos la llaman aún así. Fue definitivamente una martiana convencida y ese ideario lo encontró en sus primeros maestros. Se traslada para La Habana con su hermano Abel a quien seguía siempre. Después de conocer a Fidel su pequeño apartamento de 25 y O se convirtió en centro de la Generación del Centenario.
Junto a Melba Hernández fue una de las dos mujeres que llegaron al Moncada con el amanecer y los primeros tiros.
Mujer de confianza, encargada de trasladar las armas hacia Santiago de Cuba para el ataque al Moncada y durante el mismo, participó en la toma del hospital Saturnino Lora. Así se hizo guerrillera y subió la Sierra Maestra.
Verla en aquella foto tras las rejas, soportando con dignidad las desconsoladas noticias de las muertes del novio Boris Luis Santacoloma, de Abel, el hermano entrañable, y la cárcel es imagen de genuina resistencia, más aun cuando para hacerla hablar le mostraron un ojo de Abel y los genitales del amado, pero Yeyé tuvo fuerzas para exclamar: “…morir por la Patria es vivir”.
Tras el triunfo revolucionario de 1959 la vimos fundar y hacer. En Casa de las Américas desbordó su sensibilidad exquisita agrupando la intelectualidad revolucionaria del continente.
Encrucijada la evocó en el aniversario 35 de su muerte. Una ofrenda floral de girasoles dedicó su pueblo a la memoria de la hija más valiosa, canciones, poemas y una conferencia sobre su íntima y estrecha relación con el ideario martiano matizaron la mañana, también exposiciones de fotos de la familia Santamaría Cuadrado y la proyección del documental Nuestra Haydée de la realizadora Ester Barroso.
Presidieron la ceremonia Omar Ruiz Martín, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), Julio Lima Corzo, primer secretario de este órgano en la provincia y Jorgelina Pestana, presidenta del gobierno en el territorio, asistieron amigos de Yeyé y el pueblo encrucijadense.