Gracias por siempre Santiago

Juanita Perdomo Larezada y Betty Beatón Ruiz 

Tanto hay que decir hoy, tanto habrá que decir siempre de Santiago de Cuba, ciudad a quien “ningún enemigo podrá borrar esa luz más allá de la pólvora y el tiempo”, como bellamente expresara el poeta santiaguero Cos Causse.

Y es que a 62 años del ataque a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, la misma urbe que vivió en sus entrañas el patriotismo de los moncadistas, protagoniza cotidianas hazañas que la reafirman como rebelde ayer, hospitalaria hoy, heroica siempre.

Con esa convicción de ser símbolo de lucha de la nación cubana, la ciudad donde no dejó morirse al Apóstol en el año de su centenario, entrega tangibles ejemplos de no rendirse jamás.

La prueba más palpable se esparce por estas horas, cuando los 500 años de su fundación como otrora villa, 25 de julio 1515,  la han devuelto florecida, sin importar siquiera el destrozo que el huracán Sandy le provocara en octubre de 2012.

Levantarse como lo ha hecho Santiago refuerza la convicción de una heroicidad típica de los nacidos en la tierra de los Maceo, en cuya naturaleza abunda la máxima de que nada los puede doblegar.

Viéndola como se ha visto en estos días, viéndola renacer desde los cimientos, se tiene la duda de si otra ciudad podría haberse reincorporado a  su cotidianidad con la rapidez y calidad con que esta lo hizo, animada, también,  por la colaboración de otras provincias y de países hermanos que la ayudaron en su recuperación.

Viendo a esta tierra más bella y ordenada que nunca, no queda más que repetir lo que ya le dijera el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, “Gracias Santiago”.