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Zabala y Casanova, sentidas palabras de victoria

Foto: Ricardo López Hevia, enviado especial de Granma

Foto: Ricardo López Hevia, enviado especial de Granma
Foto: Ricardo López Hevia, enviado especial de Granma

Toronto.- En un partido trabado, difícil, tenso, de ir y venir también en el marcador, Cuba se impuso a Brasil con pizarra de 66-62 y se coló en el tercer escaño de los XVII Juegos Panamericanos con sede en esta ciudad canadiense.

Lo mejor por la selección antillana fue la fuerza de voluntad, los deseos, esa muestra de recuperación lograda tras el descalabro inmencionable del domingo frente a las estadounidenses, en el pase a la disputa dorada.

También, por supuesto, hay que destacar el modo cómo manejaron el cierre del partido: sin desespero, consumiendo el tiempo necesario, evitando faltas propias y forzando las de las rivales. Buscando siempre a la líder y jugando con la cabeza cuando el corazón y los nervios querían mandar.

Con el pitazo final vinieron el grito de euforia, los abrazos, la liberación de tensiones y el olvido de los dolores que minaban el cuerpo. Vinieron también las declaraciones:

“Hemos jugado tres partidos increíbles desde el punto de vista físico y de disciplina táctica. Por momentos se nos “cerraba el aro” a causa del desespero, pero afortunadamente hoy supimos jugar el final, después de no haberlo hecho en los dos partidos anteriores”, dijo exaltado el DT Alberto Zabala, quien dirigió todo el tiempo de pie y visiblemente motivado.

“Yamara Amargo casi no jugó hoy porque estuvo toda la noche llorando. No se recuperó de la tristeza por la derrota contra las estadounidenses y la empleamos muy poco. Cada vez que salió a la cancha se veía afligida y entendió que debía ir al banco. Ineidis Casanova también estaba mal ayer, pero es una jugadora más fuerte y ya vieron cómo se creció”, añadió.

“Derrotar a un gran contrario como Brasil, después de lo que pasamos frente a Canadá y Estados Unidos me hace ser el hombre más feliz de la tierra”, expresó el capitalino con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada.

Ineidis Casanova fue la líder del equipo la mayor de las veces. La pequeñita jugadora, base organizadora del conjunto, tiró de sus compañeras sin cesar pese a una lesión que la doblaba del dolor en ocasiones:

“Me preparé para obtener una medalla en mis primeros juegos panamericanos. Todos mis parámetros de rendimiento mejoraron pese a la lesión sufrida. Es verdad que me dolía el cuerpo, pero la mente sabía que debía seguir y mis compañeras me apoyaron siempre”, comentó la “viyaya del equipo”, como la calificara Zabala minutos antes.

“Hubo un momento en que las brasileñas no dejaban que recibiera balones, pero con mis fintas y la rapidez los obtenía, me daban faltas y anotaba puntos”, explicó sobre el desarrollo del partido.

“En Cuba nos preparamos psicológicamente para superar golpes como el de ayer ante Estados Unidos. Vinimos por el bronce y ese objetivo lo hemos cumplido”, sentenció la santiaguera.

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