En solo seis días revivirá en Santiago de Cuba la mañana de la Santa Ana, ocasión en l a que, 62 años atrás, la ciudad amaneciera con sol y metralla redentora en bien de la dignidad patria y del Apóstol en su centenario, puesto de pie gracias a la hombradía de una juventud desbordada de arrojo.
Unido a la conmemoración del Día de la Rebeldía Nacional se festejará el medio milenio de la fundación de la otrora villa santiaguera, dos momentos para los cuales la provincia se atavía con elegancia, gracias al buen hacer de sus hijos e hijas, con el apoyo incondicional de obreros de otros nueve territorios del país, e incluso de hermanos solidarios de naciones como Ecuador y Venezuela.
Unas 200 obras se han terminado ya, o se culminan con celeridad, como regalo especial a los santiagueros, quienes contrarrestan temblores, huracanes y sequía con el trabajo como credo cotidiano, con el Partido y el gobierno en la avanzada, y el innegable liderazgo de un hombre como Lázaro Expósito Canto.