Elisdanys López Ceballos y José Luis Martínez Alejo
Un trabajador no estatal muy popular en la avileña ciudad del gallo, opina que “el cuentapropismo es hoy una modalidad de empleo de cuello y corbata, todo el mundo debe ver cada una de sus formas de gestión como una unidad estatal, pues muchos estamos incorporados a las tareas de la Revolución, de la sociedad, del sindicato”.
Mantiene firme su criterio Benito Crespo Villanueva, porque “anudan” de manera elegante el “lazo” de la calidad del servicio en la paladar Don Papa, del municipio de Morón, donde él es el secretario general de la sección sindical.
“Todo marcha mejor desde que sindicalizamos el 100 % del personal”, afirma Benito, y ejemplifica que “por la gestión del sindicato, viene una profesora a nuestro restaurante a impartir clases de inglés. Ahora en las reuniones de afiliados retomamos el problema con los suministros de refresco, agua, cerveza”.
El mismo tema le preocupa a Pedro Manzano Castellano, de Trinidad: “En esta paladar todos pertenecemos al movimiento sindical, atendemos más de 100 clientes diariamente, necesitamos una cafetera moderna, la que trajo mi esposa se la decomisaron en la Aduana. ¿Dónde adquiero otra similar, manteles, cubiertos, copas, si no existe un mercado mayorista?”
Seguir empinándose
Mucho esfuerzo le ha costado a la Central de Trabajadores de Cuba y sus sindicatos erguirse en la atención a los integrantes de la nueva forma de gestión.
La actualización desde noviembre pasado de la política hacia e se segmento laboral, posibilitó alcanzar el 91,3 % de sindicalización en Ciego de Ávila. Según informó Grisel Thomas, miembro del secretariado provincial de la CTC, este es uno de los más altos índices de incorporación de cuentapropistas en el país con 253 secciones sindicales constituidas en la provincia.
“El resultado fue posible porque creamos un sistema de trabajo para cumplir las orientaciones de nuestro organismo superior reflejadas en el documento RS 132”, explicó Grisel.
De acuerdo con Hilda Martínez Cuesta, integrante también del secretariado de la central sindical en el territorio avileño, hoy los no estatales insisten más en que se resuelvan cuestiones de interés colectivo.
“Hay notables avances integralmente —subrayó Hilda–, pero todavía existe inestabilidad en el funcionamiento de los órganos de relación de los municipios de Morón, Baraguá y Venezuela, y por parte de Planificación Física, Higiene y Epidemiología, y Supervisión Integral”.
Arturo Martínez Hernández, quien atiende la esfera de Asuntos Laborales y Sociales en Sancti Spíritus, tiene puntos de vista coincidentes en lo mucho que falta por hacer para darles solución a las inquietudes, tales como: “La necesidad de crear áreas de concentración del trabajo por cuenta propia, el enfrentamiento de los organismos rectores a quienes ejercen la actividad de forma ilegal…”
Dijo que en su provincia 11 mil 970 cuentapropistas, de un total de 22 mil 97 están organizados en 343 secciones sindicales, en las cuales iniciaron un nuevo ciclo de activos para evaluar el cumplimiento de las obligaciones tributarias y las soluciones a las inquietudes.
Anudar la “corbata” elegantemente
Si en el restaurante La Nueva Era, de Trinidad, no se anudara bien la “corbata”, su colectivo no hubiera merecido el Certificado de Excelencia en el 2013 y el Premio a la Calidad en el 2014. Reinaldo Vivas Zerquera, su dueño, afirma que tienen el completo apoyo del Sindicato de Hotelería y Turismo y de la CTC.
Sin embargo, hay “asignaturas” pendientes: “Antes de aplicar los impuestos zonales, deberían valorar lo que genera un negocio en el centro de la ciudad y otro en la periferia. Nos preocupa que no se estudien los niveles de ingreso en las temporadas alta y baja del turismo. Deben tenerse en cuenta estas cuestiones a la hora de calcular los tributos y nuestra contribución al fisco”.
María Victoria Echerri Sayas, arrendadora de viviendas en la tierra del Yayabo, argumenta que “a veces los huéspedes tienen que salir de la casa a buscar agua, refresco, cerveza, papel. Lo he planteado en distintos escenarios, pero en realidad la demanda ha crecido proporcionalmente al trabajo por cuenta propia y la oferta no se corresponde”.
Quienes se dedican a la producción y venta de objetos artesanales tienen inquietudes en común. El trinitario José Magdalena Borges, y las moronenses Alianis Echemendía Sarduy, Odelaisis Ortega y Yuleydys Rodríguez Díaz, abogan porque no les trasladen sus áreas de venta del centro de la ciudad.
“Gracias a la labor sindical resolvimos problemas con los inspectores, pues algunos no actuaban con justeza”, comenta Borges. Los inspectores no vienen a orientar, sino a poner multas, a diferencia de los compañeros del sindicato que son los que más se acercan y no solo a cobrar las finanzas”, declara Alianis. “¿Por qué no se crean en Ciego de Ávila espacios para artesanos como en otras provincias?”, pregunta Yuleydys Rodríguez, vendedora de bisutería.
“Si dejaran poner carpas o sombrillas, el sol y la lluvia no nos afectara la mercancía, aclaró Odelaisis refiriéndose al sitio aledaño al parque Martí, en Morón; planteamiento similar al de María Lugones, tejedora-bordadora del área comercial Tres Palmitas, en Trinidad.
Algo parecido y más ocurre detrás del edificio de 12 plantas, aledaño al bu levar de la capital avileña. “Llevo cinco años en este espacio que se acondicionó para unos 10 productores-vendedores de calzado y 12 bisuteros; hoy está saturado y no aparece el presupuesto para mejorar las condiciones , porque este sí es un lugar apropiado”, dice Miguel Sanabria.
También “galopan” las quejas: “Una vez la dirección de la provincia contribuyó para que pintáramos 15 de nuestros medios y asignaron un poquito de alimento animal, nos quedamos embullados para otra posible ayuda”, acota Andrés García, cochero del municipio de Ciego de Ávila.
En tanto, los carretones para cargas pernoctan aglomerados debajo de un árbol en el poblado avileño de Pina, pues nadie les ha autorizado un parqueo. En Morón, Damaris Reyes García está muy feliz como cuidadora de ñiños. En cambio, Mirta Laura Pérez, organizadora del sindicato municipal de trabajadores de la Educación, tiene cierta inconformidad porque el experimentado profesor Héctor Águila debe pagar la patente estos meses de verano, sin ejercer su oficio como repasador, o solicitar la baja en la Onat y reiniciar los trámites de alta en septiembre.
Otros datos, imágenes y opiniones, que quedaron archivados para próximos artículos periodísticos, son fieles testigos también de que el trabajo no estatal avanza, pero una prueba fehaciente de que falta mucho camino por recorrer son los 752 y 5 mil 377 cuentapropistas que en Ciego de Ávila y Sancti Spíritus, respectivamente, no se les ha tocado a la puerta lo suficiente porque aún están por sindicalizar.