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Guerra: «decidí quedarme y estoy satisfecho»

Guerra y Aguirre, otra medalla de ensueño.
Guerra y Aguirre, otra medalla de ensueño.

Toronto.- Entrevistar a José Antonio Guerra terminaría siendo uno de los grandes privilegios en estos XVII Juegos Deportivos Panamericanos. Su título en la plataforma sincronizada a 10 metros, junto a Jeinckler Aguirre, clasifica entre las notas más altas de Cuba en esta cita, así que escuchar su fluido y sentido testimonio no podía más que encantar a quienes quisimos escucharlo.

Aún henchido de emoción y feliz por lograr uno de los premios más importantes de su carrera, el santiaguero respondió con la pausa de siempre a nuestras preguntas.

¿Cómo valoras la competencia?

«Fue magnífica porque saltamos como esperábamos. A medida que ha pasado el año hemos ido escalando de nivel y ya habíamos mostrado un poco de eso en la última fase de la Serie Mundial. Hicimos una competencia estable, sabíamos que la teníamos bastante difícil, pero no tanto como pensábamos inicialmente, pues a la pareja de México se le lesionó Germán Sánchez y entonces vimos la posibilidad de obtener oro.

«Siempre estuvimos enfocados en hacer nuestra competencia sin pensar en los rivales. En este año tanto Colombia como Canadá habían sacado las uñas, participando en varias competencias e incluso los canadienses nos ganaron en el Grand Prix que organizaron acá. Era difícil llevarse el oro, pero eso no impidió que lográramos concentrarnos y hacer un buen trabajo.

¿Cuál es el secreto para llegar a tu edad con tan buenos desempeños?

«Lidiar con las adversidades es parte de lo que nos hace cubanos. Creo que el secreto ha sido, además de la fortaleza mental y física, la manera en que mi entrenador Lino Socorro ha manejado las cartas. Siempre me ha dado la libertad de entrenar en dependencia de cómo me sienta, no hay una planificación fija, él va tanteando y en la medida que mi cuerpo asimila el trabajo lo va subiendo. Ha sido muy cuidadoso de no estresarme mental y físicamente».

¿No puedes prepararte en este momento como lo haría un chico de 18 años?

«Imposible, eso me quebraría completamente. Por eso Lino tiene mucha confianza en lo que le digo, hay una simbiosis total en lo que hacemos. Haber entrenado tanto tiempo juntos, desde 1998 aproximadamente, permitió que creciera técnicamente y que ahora pueda seguir cobrando los dividendos de una labor tan exhaustiva. Se trata sencillamente de recordar todo aquello y poner mi cuerpo en la forma física adecuada, para que los clavados se parezcan a los de aquella época».

¿En qué forma llegaste aquí a Toronto?

«No estoy al cien por ciento con respecto a mi juventud, pero no siento tanto la diferencia. La mezcla de lo que expliqué anteriormente permite que me presente en las competencias con buen nivel. Ya no logro tan rápido la plena forma, pero aún se enseñan algunas cosas».

¿La ambición de una medalla olímpica sigue en pie?

«Es un sueño que no voy a desechar hasta el último día de mi carrera. Río de Janeiro 2016 va a ser la cita olímpica más fuerte de las cinco que podría tener en mi carrera, si como esperamos logramos clasificar. Tendríamos que hacer magia para llegar al podio, pus las mejores parejas del mundo han incrementado muchísimo su grado de dificultad, algo que nosotros no podemos hacer en la misma medida».

¿Por qué resulta imposible mejorar el programa?

«Mi cuerpo ya no responde para incrementar el grado de dificultad, lo hemos intentado en varias ocasiones y solo conseguimos que me plagara de lesiones. Entonces decidimos mantener el programa actual con estabilidad en las calificaciones. Aún podemos mejorar un poco las notas, hay algunos detalles en los que seguiremos trabajando. Esperamos crecer la semana que viene en en el Campeonato Mundial de Kazán».

Luego de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 valoraste la posibilidad de retirarte. No sucedió y resultados como este parecen afirmar que fue un acierto quedarte…

«Lo fue, sin dudas, hubiera cometido un error de haberme ido en aquel momento. Pero siempre hay razones personales que te «mueven el piso» y uno piensa en el futuro, en los pasos que irremediablemente tendrás quedar y quieres tomar el control. Pensé en el retiro aquella vez y sostengo que no quiero ser un atleta que espere hasta la ultima gota de energía para despedirse, a costa de que pierda brillo mi carrera.

Decidí quedarme y estoy satisfecho de tal decisión. Han pasado muchas cosas buenas después de Londres, Jeinckler y yo nos hemos consolidado como pareja y ojala tengamos un futuro más hermoso.

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