Por : Betty Beatón y Juanita Perdomo
El ambiente carnavalesco del que tanto gustan santiagueras y santiagueros, además de visitantes de todos lados, se esparce por diversos espacios de la más caribeña de las ciudades cubanas, la cual tendrá su rumbón mayor del 20 al 27 del presente mes
El carnaval de Santiago de Cuba, reconocido por muchos como el mejor del país, se nutre en este 2015 de motivaciones sin precedentes en tanto se espera sea declarado patrimonio cultural de la nación.
Junto al reconocimiento, avivan el colorido y esplendor de las fiestas los 500 años de la fundación de la otrora villa santiaguera, 25 de julio de 1515, y el rescate de añejas tradiciones que le granjearon una notable fama nacional e internacional.
Entre estas últimas figuran el retorno de los desfiles y la competencia de paseos, carrozas, comparsas y congas —en el que se involucran más de 5 mil personas— en la avenida Jesús Menéndez, paralela a la bahía, y beneficiada con un remozamiento capital que dotó a la zona de un malecón, así como de varios parques y plazuelas.
Aun cuando este punto será el núcleo de las evoluciones, el pasacalle carnavalesco podrá ser apreciado en un largo recorrido por unas 20 cuadras, desde la Plaza de Marte, pasando por la Plaza Dolores y el parque Céspedes, hasta desembocar en La Alameda.
Otros elementos que también vigorizan a la fiesta popular más afamada de Santiago de Cuba, insertada en la Red de carnavales del Caribe, serán el teatro de relaciones, las máscaras a pie y la reconquista de diversas verbenas.
Cerca de 60 áreas acogerán a los bailadores, quienes tendrán la posibilidad de lucirse al ritmo de agrupaciones soneras, orquestas, música grabada, e incluso al sui géneris compás del órgano oriental y de la conga santiaguera, manifestación de raigambre popular que celebra el centenario de la llegada a estas tierras de la corneta china, instrumento que junto al tambor le aporta una sonoridad especial.