La matancera no tuvo una competencia a la altura de sus posibilidades reales, y finalizó con 153.2 puntos, bien distante del bronce obtenido por la salvadoreña Lilian Castro (172.0) y la plata de la azteca Alejandra Zavala (194.3). El metal áureo se lo colgó al cuello la canadiense Lynda Kiejko (195.7), quien además se llevó el incentivo de acuñar con su registro un nuevo record para una final panamericana.
Por otra parte, de grato se puede catalogar el quinto escaño alcanzado por la bisoña Sheyla González (153.2), quien es una atleta con perspectivas prometedoras y se adueñó del segundo cupo cubano en esta prueba para intervenir en la cita canadiense, en disputa con su colega Claudia Hernández.