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Cuenta regresiva para el derroche

Una gran parte del agua que se despilfarra es por salideros dentro de las viviendas e instalaciones socioadministrativas. Foto: René Pérez Massola
Una gran parte del agua que se despilfarra es por salideros dentro de las viviendas e instalaciones socioadministrativas. Foto: René Pérez Massola

 

Cuba apuesta por volver a producir metrocontadores de agua, considerados una piedra angular del programa de  ahorro de este recurso finito.  Esa noticia sobresalió entre  las más importantes generadas en el evento  Cubagua  2015, que acogió en La Habana dos foros científicos y una  feria asociada.

La materialización de dicho proyecto, en etapa de preparación, superará el cardinal alcance de sustituir importaciones: garantizará de forma estable y a menos costo los equipos para contabilizar el agua que consume  el sector residencial, objetivo  que hoy tiene un bajo porcentaje dada la escasa cobertura  hidrométrica.

Elevar las cifras actuales de forma paulatina hasta  llegar al total de los clientes  será sin duda un espaldarazo al imprescindible uso eficiente y la sostenibilidad del  líquido. ¿Cómo es posible que  de forma global los acueductos cubanos entreguen diariamente más de 800 litros  por habitante y la Organización Mundial de la Salud  considera que con 150 es suficiente?

La cruel verdad es que esa cantidad no es consumida. Del agua que se entrega  se pierde el 58 % (el 36 en  conductoras y redes), y el 22  es porque hay que cambiar  una zapatilla, una llave, en  fin, herrajes hidrosanitarios  dentro de nuestras casas, de  escuelas, hospitales y otras  instalaciones socioadministrativas.

Con esa realidad hace falta algo más que llamados a la conciencia.   La solución está en vender herrajes a precios asequibles y metrar, dos de las cuatro prioridades estratégicas de la Política Nacional del Agua, aprobada en diciembre del 2012, dando respuesta al proceso de implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido  y la Revolución referentes al  sector.

El pájaro y la jaula

Cubahidráulica es la empresa importadora y exportadora del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH),  que tiene entre sus responsabilidades hacer llegar al país  los metrocontadores que planifica el organismo.

Uno de sus proveedores ha sido la firma española Conthidra S.L., del grupo Janz, precisó a Trabajadores César Soto, directivo en la entidad. “Hace año y medio se dieron los primeros pasos bilaterales para valorar la factibilidad de la fabricación conjunta, en una planta de rápida amortización”.

Por eso, además de la documentación entregada, en Cubagua expusieron un prototipo del medidor, con bondades en su producción y funcionamiento. “Si tenemos la posibilidad de llevar adelante este proyecto, en tres  años podrá darse un vuelco  al tema de la gestión y distribución de agua potable”,  precisó.

El ingeniero Eduardo Molina Rojas, director general de Cubahidráulica, significó que la instalación de  hidrómetros repercute directamente en la reducción del  derroche de agua. “Es una  de las  formas para acorralar rápidamente el problema.  Cuando usted ve el recibo  de cobro con una cifra alta,  de seguro adopta medidas”,  dijo, a la par que reconoció  la importancia de que de forma paralela haya venta de  herrajes a la población con  precios asequibles.

Su comentario me hace recordar, entre otros datos publicados, que cada metro cúbico de agua bombeado encierra un gasto de 14  centavos dólar, teniendo en  cuenta el consumo energético y el producto empleado en  su cloración.

Con estas declaraciones en la agenda acudimos a  los futuros productores del  nuevo renglón, la Empresa  Industrial de Herraje, una  de cuyas unidades utilizará como obra civil una nave  donde se fabricaron por primera y única vez, metrocontadores en Cuba.

Con su fabricación en Cuba se garantizará estabilidad en un equipo que resulta medular para el ahorro de agua, asegura el ingeniero Helmi Pedreira Guerra, director técnico de la empresa Planta de Herraje. Foto: René Pérez Massola

 

Entusiasta y muy conocedor del tema, el ingeniero mecánico Helmi Pedreira Guerra, director técnico, aporta  nuevos elementos de esta inversión, que debe “madurar”  en los próximos meses.

“Su ingeniería básica está a cargo de la empresa de proyectos del grupo empresarial Gesime, al que pertenecemos, y destaca por ser  muy completa, pues incluye  todo el flujo productivo. Nos  aportará know how y asegu- ramiento para la capacitación”.

Asimismo, detalla algunas características del hidrómetro, con diseño diferente a  los importados hasta ahora.  Salvo el kit, es todo de plástico, más económico porque  requiere como materia prima  principal el polipropileno reforzado en un 30 % con fibra  de vidrio. Además, dispone  de un aditamento antifraude  y resulta de fácil desmontaje  o para dar mantenimiento,  en tanto las piezas pueden  ser cambiadas in situ.

Sin falsas expectativas

El país demanda unos 150 mil de esos equipos por año, aunque casi hace falta quintuplicar dicha cifra para  responder a las exigencias de  llegar al 2020 con el 43 % del  sector residencial disfrutando de tal beneficio.

Y es que este programa, al igual que otros del desarrollo hidráulico como la  construcción y rehabilitación de grandes conductoras  y redes, requiere presupuestos millonarios.

No es por azar que su vivienda y mi edificio, por ejemplo, carezcan del servicio de metrado. Hay atrasos  en el plan del 2015 porque  los accesorios necesarios  para acometer las instalaciones comenzaron a arribar al  país en abril, lo cual obliga  a un trabajo intensivo a nivel  nacional si se quiere llegar a  diciembre con todo lo previsto.

Según el máster Obdulio Casanova Reyes, representante comercial del grupo  empresarial de Acueducto y  Alcantarillado, del INRH, el  plan general de montaje de metros para este año se acerca a los 133 mil 330, de 116 mil  58 los cuales se instalarán en  el área residencial, aunque   los mejores resultados están  en la cobertura hidrométrica  del sector estatal.

Este ha sido priorizado en el último lustro, entre  otras razones por  el desmedido derroche de grandes  consumidores, a la par que la  población mayormente beneficiada ha sido la de ciudades  donde hubo rehabilitaciones  integrales de redes y acueductos, como fue la de Santiago de Cuba.

Son respuestas coherentes ante la realidad económica, social y medioambiental  que demanda un mejor aprovechamiento del agua, que  tanto escasea hoy para muchos, por la ya prolongada  sequía.

En Cubagua se expuso el prototipo del metrocontador que debe producir el país. Foto: Heriberto González Brito
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