La tendinitis fue el pretexto que, en el 2011, encontraron los trabajadores del metro en Argentina para negarse a marcar las tarjetas electrónicas en su quehacer diario. Alegaron que la repetición de esa rutina desencadenó el padecimiento en varios obreros.
Más allá de constituir motivo de protestas, la mencionada enfermedad sí responde a la recurrencia de algunas prácticas, y las estadísticas confirman su ascenso en los últimos tiempos.
Inflamación de los tendones o estructuras que unen al músculo con el hueso, así se define esta dolencia crónica, recidivante y asociada, entre otros factores, con una sobrecarga.
Señalada entre las 35 enfermedades profesionales del vigente Código de Trabajo, la tendinitis supone agravantes si se atiende a destiempo y resulta inherente a no pocos oficios.
Común en los ámbitos laboral y deportivo
“La principal causa de este mal recae en el sobreuso de los tendones, debido a la práctica de alguna actividad que implique aumento de la carga y de la frecuencia”, especificó el doctor Wilson Blanco Garay, especialista de primer grado en Ortopedia y Traumatología, del Hospital General Universitario Camilo Cienfuegos, de Sancti Spíritus.
El hecho de que unos músculos trabajen más que otros, vulnera la zona de los tendones y lleva a esta enfermedad, registrada entre los padecimientos comunes en los ámbitos laboral y deportivo. Con mayor incidencia en mujeres que en hombres, afecta a personas activas, principalmente con una edad superior a los 30 años.
Un dolor agudo que puede llegar a otras zonas deviene el síntoma más común en las personas que acuden a la consulta ortopédica. Puede aparecer enrojecimiento en la piel, y aunque al principio no provoca inmovilización, a medida que pase el tiempo la intensidad de la molestia mengua las fuerzas del músculo.
De acuerdo con el doctor Blanco: “Existen factores que predisponen al paciente, o sea, lo hacen propenso a sufrir esta afección; entre estos las enfermedades degenerativas, la osteoartritis, la hiperuricemia (conocida como enfermedad de la gota o gotosa).
“Como resultado de la tendinitis pueden quedar dañadas las vainas de los tendones y estos últimos como tal; en ese caso estaríamos en presencia de una tenosinovitis y ahí el tratamiento incluiría una operación quirúrgica.
“La tenosinovitis es una forma más grave y localizada que se traduce en dos padecimientos habituales en la población: el dedo en resorte y la enfermedad de Quervain (inflamación de los tendones en el lado del pulgar); ambas tienen solución quirúrgica”.
Diagnóstico clínico
Diferentes bibliografías asumen que la tendinitis puede afectar cualquier tendón, sin embargo, es más común en la parte superior del cuerpo. Las clasificaciones más conocidas son las del hombro, el codo, la mano, muñeca y el talón del pie.
Según la citada fuente, el diagnóstico es eminentemente clínico, pues en esos casos las pruebas de imágenes radiológicas solo serían útiles para desechar posibilidades de presentar otros problemas. Por tanto, el especialista debe realizar un reconocimiento para comprobar la existencia del dolor una vez que se ejerza fuerza sobre el tendón del músculo con probables daños.
“Reposo, analgésicos y rehabilitación componen la terapia para tratar a quienes sufren de esta dolencia. Siempre pretendemos aliviar el dolor y reducir la inflamación de la zona”, afirmó el ortopédico. Medicamentos como el ibuprofeno, así como lograr mover lo menos posible la parte adolorida pueden contribuir al bienestar del paciente. También constituyen alicientes el uso de crema o gel para frotar la superficie lesionada y la aplicación de calor o frío en el área.
Es mejor prevenir…
Como ocurre siempre en la esfera de la salud, la prevención es la mejor carta que puede jugar una persona. Evitar las sobrecargas de brazos y piernas; desarrollar un entrenamiento que fortalezca los músculos, pero con un diseño que incluya ejercicios intercalados, así como respetar el tiempo de descanso entre uno y otro movimientos son acciones que contrarrestan la aparición del mal.
En caso de sentir dolor es necesario el cese de la actividad que lo provoca para impedir que se agudice la molestia y termine siendo un padecimiento crónico.
Profesionales del deporte, albañiles, oficinistas, informáticos, mecánicos, secretarias, periodistas… en casi todos los puestos de trabajo estamos a expensas de desarrollar la tendinitis. Las mujeres son más vulnerables después del período de embarazo.
Aun cuando en un solo momento de sobrecarga se acerque una probabilidad de padecer tendinitis, conviene adoptar una actitud preventiva, y no dejar que un descuido determine nuestra salud y bienestar.