Los trabajadores: esenciales en la insurrección

Los trabajadores: esenciales en la insurrección

1 Estrella2 Estrellas3 Estrellas4 Estrellas5 Estrellas (Sin valoración)
Cargando...
El Doctor en Ciencias Históricas  Mario  Mencía ha dedicado muchos años a la investigación de todo lo relacionado con las acciones del 26 de julio de 1953. Foto: Eddy Martin
El Doctor en Ciencias Históricas Mario Mencía ha dedicado muchos años a la investigación de todo lo relacionado con las acciones del 26 de julio de 1953. Foto: Eddy Martin

 

Por Felipa Suárez y María de las Nieves Galá

Requerido por un carro patrullero, el chofer detuvo el ómnibus frente al lugar donde hoy se levanta la heladería  Coppelia. Varios agentes subieron a él y la emprendieron a golpes contra un joven pasajero; después, ensangrentado, lo llevaron consigo. Transcurrían  los meses  finales del año 1957.

“Nunca supe quién era, pero por la magnitud de la golpiza pienso que lo mataron”, recuerda  Mario Mencía Cobas, entonces empleado, para quien aquel abusivo acto fue el detonante que lo impulsó a sumarse a la labor de propaganda del Frente de Resistencia Cívica en La Habana.

En la actualidad Doctor en Ciencias Históricas, profesor  universitario y periodista,  Mencía ha dedicado muchos años a la investigación de  todo lo relacionado con las acciones  del 26 de julio de 1953 en la provincia  de Oriente.

Con motivo del aniversario 60 de la creación del primer ejecutivo del Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR-26-7), fundado poco después  de la excarcelación de los asaltantes  el 15 de mayo de 1955, recurrimos a él  con el interés de profundizar acerca  del papel reservado a los trabajadores  en el plan estratégico de esa organización.

“Desde el primer momento de su fundación, el MR-26-7  contempló la participación de los trabajadores, como demuestra el hecho de que en su  estructura inicial figurara la creación de un  Frente Obrero, para aglutinarlos.  Contó, además, con los frentes  de  Atención  a la Juventud, Finanzas, Bélico y Propaganda, el último de los cuales desempeñó un papel fundamental, sobre todo  en esa época, y después, a lo largo de  toda la guerra.

“El MR-26-7 lo integraron hombres de todas las filiaciones políticas,  aunque especialmente ortodoxa”.

Misión de los trabajadores

Explica el investigador que a mediados de septiembre de 1955,  en carta a las Mujeres Martianas, concretamente  dirigida a Carmen Castro Porta, Fidel  esbozó cómo debía ser la estructura y sus ideas estratégicas para el reinicio  de la guerra, y señaló que el momento  de su llegada a Cuba debía coincidir  con la ejecución de un plan de sabotaje a las comunicaciones, carreteras y demás vías, así como  una huelga general  que paralizara el país.

“Ese era el papel  fundamental que en su  proyecto reservaba para los trabajadores. Con ese objetivo instruyó fundar células en todos los centros,  independientemente de la función de  estos. Para eso, una vez en libertad contactó con  Luis Bonito Milán, responsable de la sección  azucarera del Frente  Obrero del Partido del Pueblo Cubano  (Ortodoxo),  quien se encargó de conseguir la casa donde el 12 de junio de 1955 quedó oficialmente constituido el primer ejecutivo del MR-26-7.

“Tenía la encomienda de Fidel de comenzar a organizar células obreras del Movimiento a lo largo de la isla. Bonito se dirigió a Santiago de Cuba, y continuó hacia Guantánamo, donde había cinco centrales azucareros,  todos dirigidos por sindicalistas de  filiación ortodoxa, situación que permitió la creación de la  primera célula  obrera del MR-26-7.

“A su regreso a La Habana, cuando ya Fidel había partido al exilio en México, perdió  el contacto con los demás miembros del ejecutivo del 26 de  Julio ninguno de los cuales era entonces obrero ni dirigente sindical, pues  con excepción de dos, los restantes se  encontraban desempleados”.

Asegura que fueron organizadas células obreras en numerosos centros de trabajo del país, y que en cada una de las provincias se adoptó la estructura funcional dada al ejecutivo nacional, con  un coordinador al frente.

¿Qué ocurrió con el Frente Obrero?

Sí se captaban obreros, pero ingresaban como tales e inmediatamente se pasaban para el Frente Bélico,  pues querían luchar contra Batista y no hacer una huelga; lo suyo  eran los  tiros, las armas para pelear.

Una vez derrocado el régimen batistiano, la incorporación de los trabajadores y demás sectores sociales a la huelga general revolucionaria convocada por Fidel fue decisiva para impedir el golpe de Estado mili t ar que se orquestaba y consolidar el triunfo de la Revolución,  señaló el doctor  Mencía Cobas. En la foto, el momento en que el Comandante en Jefe llamaba a la huelga.
Una vez derrocado el régimen batistiano, la incorporación de los trabajadores y demás sectores sociales a la huelga general revolucionaria convocada por Fidel fue decisiva para impedir el golpe de Estado mili t ar que se orquestaba y consolidar el triunfo de la Revolución, señaló el doctor Mencía Cobas. En la foto, el momento en que el Comandante en Jefe llamaba a la huelga.

Así la labor de crear células obreras para ir a una huelga se desarticuló por completo en todo el país, a excepción de Oriente, donde  bajo la dirección de Frank País se organizó  muy bien el Frente Obrero en toda la provincia, la única en que se produjo una huelga de varios días a la llegada de los expedicionarios del Granma.

Además, gracias a la organización dada por Frank al Frente Bélico y el entrenamiento de sus miembros, fue también la única en que hubo una acción armada de envergadura, la toma prácticamente de Santiago de Cuba durante varias horas, el 30 de noviembre de 1956, así como el alzamiento de Julio Camacho Aguilera  en Sierra Canasta, en Guantánamo,  y otros hechos en Oriente. Lo cierto  es que el Frente Obrero no dio la respuesta esperada para aquel momento,  desvirtuándose así  la idea con la que  Fidel lo concibió.

A partir de que lo concebido por  Fidel de crear células en los centros de trabajo con el propósito de producir una huelga no se logró, fue posible  la existencia, más tarde, del Frente  Obrero Nacional (Fon), que tampoco cumplió su cometido, y del Frente Obrero Nacional Unido (Fonu), después.

¿A qué atribuye usted que  con  excepción de Oriente, en el resto del país  las células obreras no cumplieran el cometido a ellas reservado para  la llegada de la expedición que reiniciaría la lucha armada?

Las causas son variadas, como la ya mencionada de que los obreros iban en busca de la acción y no de organizarse para una huelga. Ello fue posible en la región oriental por la orientación de Frank  y porque lo facilitaron células como las de Guantánamo, Santiago de Cuba, la zona  norte y en toda la provincia. Una de  las características de Oriente es que,  aunque tenía muchísimos estudiantes, en su inmensa mayoría los miembros del MR-26-7 eran trabajadores,  entre ellos gran cantidad de obreros.  Después se agregaron los campesinos  y trabajadores agrícolas por el teatro  de la guerra en las montañas.

Estaba muy claro de que hacían falta los trabajadores,  pero organizados de  acuerdo con el propósito originario de  Fidel, de paralizar el país. Y los sabotajes en los centros de trabajo tenían que  realizarlos gente de acción de las células, tal como lo concibió  Frank en toda la provincia: las células obreras tenían un grupo dedicado a acción y sabotaje dentro de sus centros, otro para las finanzas y uno para la propaganda.

Debido a que cuando el desembarco del Granma ninguna otra provincia del país respondió, Frank,  instruido por Fidel, envió  cuadros  a  Camagüey, Las Villas y La Habana,  para reproducir el trabajo que se  había hecho en Oriente, y comenzó a organizarse el Fon.

En cuanto a si este cumplió su función o no durante la huelga del 9 de abril de 1958, la respuesta es sí y no. ¿Por qué? En primer  lugar se concibió que todas las áreas urbanas del país estuvieran dirigidas por  los diferentes frentes del MR-26-7, y  por el Ejército Rebelde, en las rurales. El llamado a la huelga lo firmaron Fidel y Faustino. Este habló con  el Directorio, que planteó  firmarlo  también, ya que ellos aportarían las  únicas armas existentes en La Habana en aquel momento. Asimismo,  lo hizo con  dirigentes del PSP, mas  no hubo acuerdo con ninguna de esas  organizaciones.

En definitiva la huelga del 9 de abril no dio el resultado esperado, pero a  partir de la reunión de Alto de Mompié, el 3 de mayo de 1958, comenzó a tomar cuerpo el sector obrero en el MR-26-7, con una nueva concepción, y a organizarse el  Fonu  en  muchos lugares del país.

Independientemente de que no se lograra el objetivo inicial de crear las células obreras en los centros de trabajo con la finalidad de  promover la huelga, los miembros del  MR-26-7, desde la composición misma de los expedicionarios del Granma, eran trabajadores en la inmensa mayoría, de ahí que estos constituyeran la materia prima para la insurrección, tanto que al final de la  guerra representaban la gran masa  del Ejército Rebelde.

Una vez derrocado el régimen batistiano, la incorporación de los trabajadores y demás sectores sociales  a la huelga general revolucionaria  convocada por Fidel fue decisiva para  impedir el golpe de Estado militar que  se orquestaba,  y consolidar el triunfo  de la Revolución.

Acerca del autor

Graduada en Licenciatura en Periodismo en la Facultad de Filología, en la Universidad de La Habana en 1984. Edita la separata EconoMía y aborda además temas relacionados con la sociedad. Ha realizado Diplomados y Postgrados en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. En su blog Nieves.cu trata con regularidad asuntos vinculados a la familia y el medio ambiente.

Compartir...

Un comentario en Los trabajadores: esenciales en la insurrección

  1. Asistí al Encuentro por el anivesario 60 de la primera dirección del Movimiento 26 de Julio, recientemente en la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, fue una cita necesaria.
    Ya no es posible entrevistar, como yo quería en breve, al doctor Mencía porque lo hicieron brillantemente.
    Es inspirador y muy estimulante que Trabajadores dedique espacios a la historia nuestra. Sé que hay allí devoción por el tema e interés en divulgar nuestras raíces.
    Confíen que en mí tienen a un lector empedernido de la historia, que hace igual en su trabajo.
    Excelente estrevista con los temas bien estudiados y de sumo interés.

Escribir comentario

© 2018 Trabajadores. Órgano de la Central de Trabajadores de Cuba
Director: Alberto Núñez Betancourt
Subdirectores Editoriales: Alina Martínez Triay y Joel García León
Territorial y General Suárez. Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba. CP: 10698
Fax: 053 (7) 555927 E-mail: digital@trabajadores.cu