Un barco está “sembrado” en el agua, inamovible. Se nombra Atenea, como el de la diosa de la mitología griega. Gruesos cabos lo atan a tierra firme mientras vacían su vientre. Es el puerto, el sitio justo donde la ciudad se une con el mundo.
El trabajo es casi el mismo de cada día; “siempre luchando para descargar el buque lo antes posible”, como dice un estibador alto, de manos grandotas y piel sudorosa. Pero hoy todos sienten una motivación especial: la entidad a la cual pertenecen mereció la sede del acto central por el Día del Trabajador Marítimo-Portuario (14 de junio).
Se trata de la empresa de Servicios Portuarios del Centro (SPC), con asiento en Cienfuegos y ramificaciones en radas de Sancti Spíritus (Casilda), Villa Clara (Isabela de Sagua) y Ciego de Ávila (Palo Alto).
Marino Rodríguez Cárdenas es su director desde hace muchos años. Habla con seguridad. Plantea que el salario de los trabajadores ha aumentado en correspondencia con el comportamiento de los medidores de eficiencia y que en cada organización se toman en cuenta los resultados para efectuar el pago, que incluye la estimulación en CUC.
Tras referirse al notable crecimiento de las operaciones de carga y descarga, destaca la labor de los innovadores y racionalizadores de la entidad, quienes se han dedicado a estudiar con el objetivo de dominar con exactitud los diferentes procesos tecnológicos, caracterizados todos por la complejidad. “Eso ha posibilitado que cada terminal mantenga activos los equipos y mecanismos necesarios”, señala.
Hoy el puerto de Cienfuegos es el que más carga opera en el país dentro del grupo empresarial del transporte marítino, según afirmó su director. Este año deben recibirse y embarcarse a través de él entre 1,3 y 1,5 millones de toneladas (10 % más que en el 2014), fundamentalmente de granos, azúcar a granel y en sacos, y cemento.
“Siempre hemos buscado la forma de organizar el trabajo de tal manera que la eficiencia esté garantizada”, subraya.
También se refiere a la creciente entrada de cruceros. El pasado año a la terminal Olimpia Medina, de la Perla del Sur, arribaron unos 70 de estos, y en el actual esa cifra debe incrementarse, según lo contratado.
Vitalidad en la diversidad
Dada la obsolescencia de la mayoría de los equipos que se requieren para las labores portuarias, ¿cómo han podido mantener su vitalidad?
Jesús Sánchez García, tecnólogo de la empresa de SPC, considera que la razón radica en el trabajo de los 59 miembros de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir), quienes están organizados en tres comités.
Agrega que la terminal de embarque de azúcar a granel Tricontinental, con cerca 50 años de explotación, funciona gracias a las invenciones y soluciones que se han realizado para mantener en operaciones el complejo equipamiento tecnológico que tiene.
“La mayor parte de los equipos con que contamos en el puerto son viejos; solo tenemos 14 montacargas nuevos, de este año”, afirma.
Entre los aportes más significativos menciona la fabricación de varios dispositivos para favorecer el trasbordo y embarque de cemento para evitar el falso flete, aumentar el rendimiento, aprovechar al máximo la capacidad de las bodegas de los barcos y facilitar la labor a los trabajadores.
Incluye también a las innovaciones que permitieron mejorar la operación con las tolvas en la descarga de granos, la creación de un software que posibilita determinar cuál es el proceso más económico y factible de utilizar en cada proceso y en la manipulación de productos, y la recuperación de una grúa Colt-2000, de facturación alemana, con capacidad de 70 toneladas.
Aunque hay muchas más razones, las expuestas justifican la festividad para quienes unen, con el trabajo de cada día, el mar con la tierra y viceversa.