En el vestíbulo de la Empresa de Servicios Petroleros (Emserpet) un cartel dice: “Una empresa que desee gestionar desde la satisfacción deberá hacer, siempre, más de lo que el cliente espera”.
La frase constituye guía para la acción que le corresponde llevar a cabo a esa entidad cuyo universo a nivel nacional resulta tan amplio como heterogéneo con la prestación de 17 servicios destinados fundamentalmente a la rama petrolera y centrales termoeléctricas.
Asegurar diariamente suministros de alimentación para unas 25 mil personas y la transportación de otras 8 mil, garantizar alojamiento temporal o permanente, recreación, gastronomía, reparación y mantenimiento a equipos de climatización y refrigeración, son algunos ejemplos del quehacer cotidiano además de cubrir tareas eventuales y de apoyo.
Según Cristóbal Pita Alonso, director general de Emserpet, las estructuras administrativas, sistemas de control y abastecimiento establecidos en la entidad permiten asumir un abanico de actividades a nivel nacional, lo cual no significa que hayan dificultades y todos los problemas estén resueltos. “Hacemos encuestas a fin de percibir las inconformidades desde la base y tratar de resolverlas de manera inmediata. Ese es un sistema de trabajo aquí”, acotó.
La labor del petrolero es muy severa y expuesta a disimiles riesgos. La atención al trabajador en este sector no es una línea de deseo, sino “una inversión que redunda en el mejoramiento de las condiciones de vida, pero también repercute en las capacidades de trabajo del hombre y en una mayor productividad”, asegura Pita Alonso.
No es casual entonces, que Jorge Luis Hernández Remedios llegue al campamento Puerto Escondido y se sienta “como en su casa” luego de luego de una ardua jornada como jefe de turno al pie de un yacimiento de petróleo ubicado en la zona de Seboruco, en el litoral norte de la provincia de Matanzas.
Sabe que, además de una total limpieza en el lugar de alojamiento, hallará un confort que hace más agradable el merecido descanso laboral.
Lejos de su hogar en la provincia de Pinar del Río –a más de 200 kilómetros de donde se encuentra laborando-, desde hace un año aproximadamente, Jorge Luis expresa: “Tenemos climatización, televisor, juego de sala, refrigerador, baño interior y otras comodidades. La atención de las camareras es especial. Ellas nos garantizan la limpieza y que todo esté en orden”.
Las condiciones actuales responden a un programa inversionista que lleva a cabo la Emserpet fundamentado en el estado crítico de los trailers que en ese lugar servían de hospedaje, agravado por el efecto corrosivo del salitre dada su cercanía a la costa, que ocasionó oxidación, detrimento de las estructuras metálicas y drenajes, hundimientos de pisos, filtraciones y otras dificultades que impactaban que hacían muy difícil la estancia de los albergados procedentes de varias provincias.
Desde diciembre último el campamento, concebido para hospedar a unas 200 personas, muestra una imagen acogedora con 16 cabañas dotadas de una tecnología más duradera estimada en 10 años y certificadas para resistir las condiciones naturales del entorno. La construcción mediante sistema de paneles correspondió a la Empresa Promeca, de la industria sideromecánica.
Puerto Escondido es uno de los cuatro campamentos que atiende Emserpet. Hoy se acometen inversiones dirigidas al mejoramiento de la estancia en los albergues Villa Habana, con estructura modular biplanta, Villa Centro, en el municipio de Cárdenas y Boca de Jaruco.
Para el disfrute de los trabajadores de Emserpet y de la Unión Cupet funciona el Policentro 8 enero, una atractiva instalación que brinda servicios para unas 9 mil personas mensuales, con piscina, ranchón-restaurante, parrillada y cafetería.
En el área que hoy ocupa existía un almacén de explosivos para operaciones sísmicas que estaba desactivado y rodeado de marabú. Nada fácil resultó transformar aquel agreste paraje. “Con la colaboración de varias empresas de la Unión Cupet y de los trabajadores de Emserpet logramos lo que hoy tenemos desde el 2014”, destaca Gustavo Franco, director de la unidad empresarial de base Servicios Integrales Habana.
Anabel Guzmán, secretaria general del buró sindical, afirma que la Resolución 17 del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social ha tenido un impacto favorable en el colectivo expresado en un sostenido aumento en la estimulación salarial de los trabajadores mensualmente, una positiva correspondencia entre el salario medio y la productividad, la reducción del éxodo de personal hacia empleos de mayor remuneración otros empleos y el aumento del sentido de pertenencia.
Emserpet es un colectivo en pleno desarrollo. Pero aún queda camino por andar. En la mejora continua de la calidad está la clave. Como bien afirman allí, el futuro es lograr la excelencia.