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El cine no va a morir nunca

Luciano Castillo, director de la Cinemateca de Cuba │fotos: Eddy Martin
Luciano Castillo, director de la Cinemateca de Cuba │fotos: Eddy Martin

Por Claudia Zurita Delgado, estudiante de Periodismo

Durante 55 años la Cinemateca de Cuba se ha dedicado a atesorar gran parte del patrimonio fílmico del país y  a contribuir a la divulgación de lo mejor del panorama cubano e internacional, convirtiéndose así en la mejor de las escuelas para aquellos cinéfilos intranquilos.

Uno de los objetivos fundacionales de este centro —5 de febrero de 1960—, con Héctor García como director, fue llevar el séptimo arte a los lugares más recónditos. Así nació la primera unidad de cine móvil que después se extendió como un movimiento a todo el país.

Quienes somos

“Después de medio siglo queremos redefinir y retomar el principio fundamental de que esta es la Cinemateca de Cuba, no la cinemateca del ICAIC. Y es que cuando surgió solo existía el ICAIC como productora y nos dedicamos fundamentalmente a conservar la propiedad del instituto y su correspondiente  documentación. Sin embargo esto se tradujo en excluir a las restantes creadoras surgidas después, digamos los estudios del MINFAR, de la televisión, las producciones independientes y la de los nuevos cineastas”, expresó Luciano Castillo, director de la Cinemateca.

Uno de los empeños más urgentes es lograr acumular toda la obra cinematográfica de cualquier época y de cualquier industria, de forma tal que los investigadores puedan acudir a este legado y ponerlo al acceso de la nueva generación de espectadores.

Sus salas ayudan a la formación de un público cualitativamente superior, capaz de apreciar películas de calidad. Además es la única de su tipo en el mundo, pues en otros países están localizadas en las capitales provinciales y en las ciudades más importantes. A diferencia de Cuba que desde su creación, la cinemateca es un museo itinerante. Aun en las peores condiciones se ha mantenido en las cabeceras de provincia con una función semanal.

Que estamos haciendo

Recientemente las funciones se trasladaron al cine 23 y 12, por ser este de menor capacidad y estar más a tono con el objetivo de esta institución. Cada martes, a las 5 p.m. y a las 8 p.m. el público puede disfrutar de Ojeada al cine cubano, donde se analizan filmes cubanos de cualquier época con presencia de directores, técnicos, actores. De esta manera se pone en contacto directo a los creadores con los espectadores.

En colaboración con la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica proponen el cine club Orson Welles, los segundos jueves de cada mes para visualizar y debatir en torno a una película. De esta misma forma cuentan con el espacio Linterna mágica, el último viernes de cada mes, en el cual se conjugan varias manifestaciones culturales en torno al cine.

Entre sus aspiraciones perennes está el  rescate del cine clásico, comprendido desde  el cine silente hasta 1960. Sobre todo este tipo de cintas, olvidadas durante mucho tiempo en Cuba.

: Durante 55 años la Cinemateca ha atesorado el patrimonio fílmico de Cuba │fotos: Eddy Martin

Organizarnos mejor

Por estos días la casa de los cineastas cubanos está involucrada en una fase de reorganización total de los fondos bibliográficos, para así brindar un mejor servicio a los muchos investigadores que los visitan en busca de su valioso material.

“Hay que redistribuir  los archivos debido a las afectaciones sufridas por el patrimonio por la falta de climatización. Poseemos un altísimo grado de humedad, uno de los mayores enemigos del material fílmico. Esto ha incidido en las cintas, sobre todo en la colección de cine internacional que poseemos. La cubana está en mejor estado. Para salvaguardar ese material hemos pedido ayuda a instituciones extranjeras especializadas en la restauración de negativos”, concluye Castillo.

Otros puntos de interés: Luciano Castillo responde

¿Qué tan seguido va la gente al cine?

“Esto es un fenómeno muy curiosos, porque hoy es cuando más cine se ve en el mundo, solo que ha cambiado la forma de verlo. Es por ello que no creo que el cine haya muerto, como auguran muchos. Antes el lugar ideal y el único era en la sala oscura, eso hoy se ha diversificado y es muy cómodo verlo en casa. Pero nada sustituye la magia de esa maravillosa forma de estar juntos que es el cine. En nuestros hogares podremos ver todos los filmes que deseemos, sin embargo nunca lograrás el mismo grado de concentración sin interrupciones”.

¿Qué opinión le merece el cine cubano de estos tiempos?

“Creo que goza de demasiada buena salud y el año pasado el termómetro marcó una elevada temperatura. La producción del 2014 fue muy diversa, muy sólida, con propuestas muy disímiles y procedencias generacionales muy distintas. Cada título tiene significación diferente en la historia del cine cubano”.

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