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Con la Ley: Para soltar ataduras

En la Zona Especial de Desarrollo Mariel se incentivan proyectos integrales. Foto: René Pérez Massola
TEn la Zona Especial de Desarrollo Mariel se incentivan proyectos integrales. Foto: René Pérez Massola

 

Aunque muchos trabajadores desconozcan el término cadenas de  suministros, una vez adentrados en su conocimiento, podrán hasta opinar acerca de qué se  hace en su entidad o unidad empresarial y cómo contribuir  con  un término nada novedoso a escala mundial  y que en Cuba ha tenido pocos ejemplos.

De ahí que el encadenamiento productivo forme parte de las  prioridades en la actualización del modelo  económico, y por ende  de políticas para incentivar proyectos integrales, especialmente  en la rama industrial,  y de una nueva legislación que las sustente. Explícita es la Ley  No. 118 o de Inversión  Extranjera aprobada  en el 2014, que orienta  al empresariado a diversificar y ampliar los  mercados de exportación, “al acceso a tecnologías de avanzada,  la sustitución de importaciones, priorizando la de alimentos”.

Igualmente se encauza hacia “la obtención de financiamiento externo, la creación de nuevas fuentes de empleo, la captación de métodos gerenciales y la vinculación de la misma con el desarrollo de encadenamientos  productivos, así como  al cambio  de la matriz energética del país  mediante el aprovechamiento de fuentes  renovables de energía”.

Y es que innegablemente muchos procesos, fabriles o no,  incluido el embalaje,  la transportación y comercialización de las mercancías transitan  por la inyección de capital foráneo.

Aunque el dinero no lo es todo, y les recuerdo las asambleas  realizadas en todos los  colectivos laborales a  inicios de año, en las  que los trabajadores  opinaron acerca de qué  hacer para aumentar la  productividad, sinónimo de participación di- recta en el crecimiento  de la economía y en la  eliminación de algunos elementos subjetivos que también impiden que prospere el  embrión de lo que debe derivar en una adecuada sucesión de procesos, como por ejemplo, la edificación de una fábrica o un hotel.

Por eso y dirigido a organizar las construcciones fue publicado en  la Gaceta Oficial en  enero último, el Decreto No. 327, Reglamento  del proceso inversionista, que dota a quienes intervienen en esa  actividad de los elementos esenciales para  laborar con eficiencia  en las ideas conceptuales de la obra, desde los proyectos y los  suministros hasta su ejecución y diseño del  mantenimiento.

Otras normas jurídicas vigentes desde   el  2007 para respaldar  el tema que nos ocupa son el Decreto-Ley  252, contentivo de los  principios del Perfeccionamiento Empresarial, aunque  no  incluye el de la cooperación  de la empresa  con otras entidades  que complementen su  trabajo; y el Decreto  281, Reglamento para el sistema de dirección y gestión empresarial,  el cual especifica la  necesidad de lograr  conexión interna pero,  por ejemplo, desconoce  el vínculo externo para  conformar enlaces de  suministro y polos de  desarrollo.

No obstante esas limitaciones y otras  en la legislación referida a estos temas,  especialistas consulta- dos consideran que no  constituyen un freno  para multiplicar en la  economía cubana las  cadenas productivas,  en cualquiera de sus  niveles.

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