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Cepeda: vuelo a contracorriente

Foto: FIVB.
Foto: FIVB.

Detroit.— Rolando Cepeda pudo marcharse desde hace tiempo, pero se quedó. Tuvo razones para cansarse, pero persistió. Uno lo observa dentro del mapa actual de la selección cubana de voleibol y siente algo extraño. Sólo queda él de aquella generación que asaltó el segundo escalón mundial en Italia 2010, y conserva no sólo la alegría y disposición de jugar, sino también la fuerza para hacer realidad aspiraciones superiores.

Concluyó la temporada 2014 lastimado del abdomen y el hombro. Pasó tres meses entre recuperación y descanso. En marzo volvió a la cancha y ya comienza a brillar nuevamente. La semana última se llevó tres premios individuales en la Copa de Campeones de Norceca, relegando a varios estelares. Fue momento propicio para lanzarle algunas preguntas que habían quedado en el tintero.

A fines del pasado año se reinició la contratación en ligas profesionales, al amparo de la Federación Cubana de Voleibol. ¿Había sido algo muy esperado por ustedes?

Siempre abogué porque nos dieran esa oportunidad y lamenté no incorporarme de inmediato al proceso, debido a las lesiones. Los profesores se reunieron conmigo y les dije que no estaba en forma para asumir tal compromiso. De aceptar probablemente habría tenido que regresar antes de cumplir lo pactado. Lo fundamental era recuperarme y esperar por otra posibilidad en el futuro.

Javier Jiménez tuvo el privilegio de reabrir el camino…

Lo hizo muy bien en Grecia, lo cual nos da alegría y tranquilidad. Su actuación confirmó que el proceso de contratación va en serio y que nuestro chance dependerá del rendimiento personal.

En esta época los clubes comienzan a valorar figuras para la próxima temporada. ¿Esperas algo en particular?

Hay algunos equipos interesados, pero nada se ha concretado aún. Por eso la participación en la Liga Mundial es tan importante. Me estoy preparando para demostrar mi máximo nivel y lograr un buen acuerdo en la venidera campaña.

Parece que fue ayer, pero ya llevas siete años en la principal formación cubana. ¿Muchos se preguntan cómo y por qué?

Constancia, mucho aprendizaje y trabajo diario. He compartido con al menos tres generaciones de voleibolistas, lo cual es difícil porque las cosas varían bastante. Un día juego de auxiliar, al otro de opuesto; hoy recibo, mañana no; nada se estabiliza y vives con gran estrés. Sin embargo, esas adversidades han hecho madurar.

¿Tantas decepciones, empezar de nuevo en repetidas ocasiones, no hizo que valoraras marcharte del plantel?

Varias veces me vi dentro de selecciones bien armadas, fuertes, pero de repente se iban compañeros y todo desaparecía. Llegué a sentir que estaba solo y comenzaron a surgir las dudas. No pedí la baja porque mis padres me ayudaron en los momentos más críticos.

Has disfrutado menos triunfos de los que pudieron ser…

Es verdad, pero estoy orgulloso de mi carrera. No pensé alcanzar tantas medallas en estas condiciones. Fui subcampeón mundial juvenil y de mayores (2009 y 2010) y bronce en la Liga Mundial del 2012, entre otros premios. Si aquel grupo hubiera seguido junto no sé adónde habríamos llegado. Quizás dábamos un “paletazo” en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 o ahora en Río de Janeiro 2016. Esa es la gran deuda de mi vida: competir en el evento más importante de todos.

Mal inicio liguero e incumplido el objetivo acá en Detroit…

El equipo anda un poco decaído, luego de perder cuatro partidos seguidos y no clasificar para la Copa del Mundo. Iremos mejorando con el paso de los días, no es fácil empezar bien tras cinco meses sin jugar. Eso hay que resolverlo. Espero que lleguemos en plena forma a los Juegos Panamericanos de Toronto.

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