Los primeros pasos los dio hace 25 años, primero como Unidad Docente del Instituto Superior de Artes de la ciudad de Camagüey y luego como la filial de la Universidad de las Artes en dicha provincia. En ese momento fueron pocos los aventurados que se iniciaron en la carrera de música con el perfil de guitarra, pero los juntaba un deseo inmenso: agrupar a los mejores artistas del territorio.
Y así sumaron a los de piano, violín, viola, flauta, saxofón, trombón, tromba, clarinete, contrabajo y composición; más tarde los del arte danzario con la especialidad de ballet y posteriormente danza folclórica. Fue algo así como “un acto de magia”, al decir de Olga García Yero, quien fungió como directora del instituto hace algunos años: “fueron momentos complejos, sin local, pero supimos proyectar nuestros deseos y mostrar la fuerza educativa con que contábamos y que no quería ser solo un instituto educativo”.
Las primeras graduaciones fueron en el 2002 y ya suman cerca de dos mil estudiantes de pregrado y postgrado. Pero la meta más reconocida es que han contribuido al desarrollo cultural de la isla y por eso, por su historia, y porque llevan ya 25 años fue que decidieron, profesores y alumnos, autodedicarse toda una jornada de celebración que comenzó desde septiembre pasado y concluyó esta semana.
La excusa fue perfecta para que la conocida como universidad nómada pudiera agradecer a cada uno de esos organismos y entidades que le tendieron la mano en su travesía por cada rincón libre de esta ciudad a falta de una sede fija.
Y fue ideal además, para que muchos quisieran aplaudir su labor y su aportes al desarrollo espiritual y cultural de este y otros territorios del centro-oriente cubano.
A la cita fue invitado Rolando González Patricio, rector de la Universidad Cubana de las Artes, quien elogió la capacidad de la representación camagüeyana para encauzar el desarrollo de la cultura en una región altamente valorada por sus aportes.
Más adelante exhortó a alcanzar una educación superior a la altura de las necesidades cubanas actuales y señaló que la memoria de 25 años de trabajo debe constituir estímulo para proyectos que provoquen una mayor calidad y una universidad artística de excelencia, atenta a las necesidades de desarrollo artístico y cultural de la región centro oriental cubana.