La ciudad de Pinar del Río cuenta ya con un mapa de riesgo sísmico que será utilizado como una importante herramienta de planificación, presentado por estos días como parte de los estudios sobre peligro, vulnerabilidad y riesgo de sismos en la occidental provincia cubana.
Según declaró el Doctor en Ciencias Técnicas Alexis Ordaz Hernández, coordinador del grupo multidisciplinario encargado del asunto, este permite conocer los sitios más proclives a amplificar las ondas sísmicas, así como la identificación de las distintas vulnerabilidades conocidas.
Para ello se realizó el levantamiento del fondo habitacional de la ciudad y de las edificaciones de mayor importancia como hospitales, escuelas, torres de radio e instalaciones de industriales.
De esta manera la provincia ya cuenta con una ruta de trabajo con la cual planificar estrategias, así como delimitar prioridades y organizar el presupuesto en función de intentar resolver las debilidades existentes.
Entre otras cosas, se determinó los consejos populares con predominio de suelos con mayores posibilidades de afectación y se constató que las áreas más sensibles se encuentran en ciertas zonas del casco histórico. En esto influyen las características de las edificaciones, pues son muy antiguas y construidas con materiales poco resistentes.
Asimismo, se destaca el conocimiento de las vulnerabilidades de zonas industriales, turísticas, escuelas y hospitales, además de la parte habitacional, entre otras.
Este valioso instrumento permite a las autoridades del gobierno y la defensa civil contar con una herramienta útil para prevenir pérdidas económicas y de vidas humanas.
El especialista opina que existe un bajo nivel de preparación y un desconocimiento generalizado de la población -más preparada para ciclones-, lo cual justifica la baja percepción de riesgo. Llamó a concientizar y educar a las personas aprovechando los distintos medios a disposición.
Según explica Ordaz Hernández, la mayoría de las instalaciones evaluadas se edificaron antes de la elaboración de la norma cubana que condiciona la construcción de estructuras sismo resistentes en 1999.
La investigación se presenta aprovechando el ejercicio Meteoro 2015 y llena un significativo vacío relacionado con un problema que podría afectar a la población de esta zona nacional, más habituadas a otros fenómenos medioambientales como los huracanes.
La posibilidad de un terremoto existe, pues el territorio se encuentra sobre la estructura sismogeneradora zona de falla Pinar, la cual se extiende aproximadamente unos 180 km, desde la ensenada de Cortes hasta el área de el Cotorro, La Habana. Dicha estructura está activa con ligeros movimientos apenas imperceptibles para los seres humanos.
El impacto de la investigación es significativo porque el área urbana tiene unos 142 mil 359 habitantes, con 42 mil 629 viviendas y 12 consejos populares.
La historia registra un temblor en San Cristóbal -parte de Pinar del Río antes de la división político-administrativa- en 1880, el cual se estimó en unos seis grados de la escala de Richter.
El estudio se suma a otros cuatros ya existentes (incendios rurales, inundaciones por penetraciones del mar, inundaciones por intensas lluvias y fuertes vientos, relacionados estos últimos con las frecuentes afectaciones de los huracanes).
Se encuentran pendientes de terminación los de sequía y de deslizamientos de tierra, según precisó Yoalis Perera Báez, de la unidad de Medioambiente de la Delegación Territorial del CITMA en la provincia.