En la 68 Asamblea Mundial de la Salud participan ministros y autoridades sanitarias de 194 países, evento que se desarrollará hasta el día 26 con el objetivo de analizar temas como el brote del ébola en la región de África Occidental, la respuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a emergencias severas y de gran escala, así como también el plan mundial de vacunas.
El titular cubano consideró que es preciso aprovechar las enseñanzas adquiridas durante la respuesta a la actual crisis del ébola y asegurar una recuperación sostenida, para que las naciones afectadas avancen hacia la cobertura sanitaria universal.
Morales Ojeda señaló el valor de fundamentar la atención primaria e integrarla con otros niveles, además de poseer un adecuado mecanismo de referencia y así como contar con una participación comunitaria.
La cita también incluye dentro de las temáticas a debatir un proyecto de plan de acción para reducir la resistencia a los antimicrobianos, otro sobre la prevención y control del dengue, una estrategia mundial para disminuir el paludismo, la contaminación ambiental y la obesidad infantil, entre otros aspectos.
En reiteradas ocasiones las Naciones Unidas han destacado la participación de Cuba en la OMS, muy reconocida por expertos de diversas latitudes, así como también su colaboración con el resto del mundo en este sector.
Durante la cita, los representantes de los Estados también recibirán informes técnicos sobre cómo fortalecer la seguridad de la salud a través de la implementación del Reglamento Sanitario Internacional, el trabajo de la Comisión para acabar con la obesidad infantil y la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición, entre otros puntos.
La región de las Américas participa con sus representantes de la OPS, encabezados por la directora, Carissa F. Etienne, así como también con la presencia de las delegaciones de cada país que liderean sus respectivas autoridades nacionales en salud.
La Asamblea Mundial de la Salud es el órgano decisorio máximo de la OMS y su función principal es determinar las políticas de ese organismo internacional de las Naciones Unidas, designar al director general, supervisar las políticas financieras, y revisar y adoptar el presupuesto propuesto, refiere el texto.
