Calgary.— Un solitario partido no alcanza para hacerse de un criterio fidedigno sobre el estado actual del equipo cubano que el último sábado inició su camino en la XXVI Liga Mundial de Voleibol, con una atronadora derrota en tres sets frente a Canadá.
El calificativo no proviene del marcador propiamente (25-20, 25-19, 26-24), sino de los detalles que merodearon el debut en Stampede Corral, una sala atestada de aficionados (6 mil 200) pese a que en esta ciudad las temperaturas frisaban los 3º celsius, y junto a una fina lluvia comenzaban a caer minúsculos copos de nieve.
La renovación del plantel en áreas claves como el pasador y los centrales, la falta de fogueo internacional y la ausencia a última hora del internacional Luis Javier Jiménez, por problemas con su trámite de visado, prometían ya un arranque complicado ante los norteños. Pero a poco de sonar el silbato apareció un mal peor: el auxiliar Lázaro Fundora sufrió una lesión de ligamentos en su rodilla derecha y pudiera estar fuera de la cancha por varias semanas.
El DT Rodolfo Sánchez, quien ya tenía bastantes tormentos en su mente, se vio obligado a emplear su última carta posible estando tan lejos de casa: el joven Inovel Romero, cuyas habilidades en la recepción son mucho mejores que en el ataque. También innovó con Dariel Albo, quien se ha desempeñado casi siempre como jugador de cambio en las posiciones de principal y opuesto.
El descalabro cayó, en definitiva, como cubo de agua helada sobre nuestras cabezas, fundamentalmente porque el elenco canadiense no anda al máximo de sus posibilidades y pareció asequible durante esos chispazos de buen juego logrados por los caribeños.
Los elogios del accionar cubano habría que ubicarlos en la cantidad de bloqueos conseguidos (10) y la efectividad mostrada en el pase (18,67 por set), la recepción (61,67 %) y la defensa (5,67 ps.). Y si uno observa de nuevo la hoja de anotación le parece rarísimo su dictamen, pues los planteles de casa se han caracterizado a lo largo de la historia por una ofensiva feroz que esta vez languideció.
Sépase que el ataque global fue de apenas 38,27 %, debido en esencia a los exiguos rendimientos de Rolando Cepeda (24-7: 29,17 %) y Osmany Uriarte (30-11: 36,67 %), sin cuyas estelaridades será imposible ganar partidos a este nivel.
El servicio fue otro foco rojo de la fatídica noche, pues se concretó un solo tanto por directo, contra 15 ejecuciones fallidas, mientras la línea de receptores rival vivía a gusto con un 68 % de excelencia. El acápite de errores no forzados también se hinchó demasiado (31) y ello inclinó la balanza hacia los locales definitivamente.
Esta noche la tropa de Sánchez afronta el segundo compromiso frente a los norteños, optimistas de poder concretar una actuación superior. No dudo que ello sea posible, aunque la crisis en la posición de auxiliar es cierta y amerita esfuerzos para que Jiménez se integre a la delegación lo antes posible.
Sin él, en las actuales circunstancias, la incursión en la Copa de Campeones de Norceca, prevista a comenzar en Detroit este jueves, podría deparar un fiasco más costoso, pues esa lid otorgará dos boletos a la Copa del Mundo de Japón, en septiembre.