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¿Por qué las inundaciones en La Habana?

Las lluvias de fines de abril y principios de mayo tuvieron en tensión algunas localidades cubanas, aunque casi nada aportaron a las fuentes tanto subterráneas como superficiales de las cuales nos servimos para diferentes actividades, en primer lugar el consumo humano.

Esas precipitaciones fueron localmente intensas en varios sitios, como Baracoa, en el extremo más oriental de la isla, y en la capital, con un foco encendido en municipios del centro, momento en el que se evidenciaron la obsolescencia e insuficiencias de la infraestructura de drenaje, cuyas obras datan en su mayoría de principios del siglo XX.

Su renovación y ampliación según fuentes consultadas no han podido ser llevadas a la par de las innumerables construidas con destino al suministro de agua potable debido a que son muy costosas y en ocasiones sumamente complejas.

A propósito del tema entrevistamos al ingeniero Javier Toledo Tápanes, delegado del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos en La Habana (DPRH), quien abundó acerca de la situación actual y perspectivas de un servicio que a mediano plazo mejorará para algunos miles de habitantes.

¿Qué obras deben comenzar este programa?

En los próximos meses deben comenzar a ejecutarse varias obras de envergadura para mejorar el drenaje en la capital, como parte del plan de inversiones a fin de ir minimizando el efecto de las inundaciones.

Esos trabajos responden a la política diseñada para el sector en cuanto a suministro de agua y saneamiento, y que ordena las inversiones para los próximos 14 años.

Ello incluye las obras de acueducto, alcantarillado y drenaje. Para estas dos últimas por el costo, magnitud y capacidad constructiva que requieren se está evaluando la factibilidad de usar nuevas tecnologías. Hay que tener en cuenta que su construcción necesita el doble y a veces hasta el triple del presupuesto utilizado para las de abasto y su construcción implica entre otras acciones, abrir zanjas en las calles, como decimos los especialistas, son muy invasivas.

Luego de los meses de verano está previsto iniciar los trabajos en la zona de la Tribuna Antimperialista, cercana al malecón, lo cual eliminará una zona de inundación importante en el municipio de Plaza de la Revolución. También comenzará otra en el reparto de San Agustín, en el municipio periférico de La Lisa, donde continúa la construcción de viviendas por empresas estatales.

Pero Centro Habana y el Cerro tienen también mucha necesidad de ese tipo de obra

Sí, pero el programa constructivo es a partir de la disponibilidad de los recursos. Debe aprobarse para el 2016 o el 2017 una costosa obra en la denominada cuenca de Matadero, que abarca la zona del Pontón y sus alrededores como Cuatro Caminos.

La solución de drenaje de allí fue construida en 1910. Entonces la ciudad tenía el 5 % de la urbanización con que cuenta hoy. Es lo que ocurre en la mayor parte de los municipios del centro y partes de los del oeste que tienen sistema de desagüe, el cual no responde a la demanda para evacuar las aguas y mucho menos avenidas como la ocurrida el 29 de abril, cuando una tormenta local severa afectó a varias localidades. En  apenas tres horas cayó un promedio de 154 milímetros, mientras que en la zona del Pontón sobrepasó los 200 milímetros.

Fueron lluvias muy intensas. Según los expertos es una situación extrema que ocurre una vez cada 100 años. Las características del sistema de drenaje no decidieron en la inundación, porque aunque hubiese estado limpio al ciento por ciento, la lluvia superó dos veces la capacidad instalada, por eso las obras previstas son para incrementar la posibilidad de evacuación de las aguas.

No podemos olvidar que en el momento en que se diseñó el sistema de drenaje había muchos terrenos para que ocurriese una infiltración natural. El avance en las urbanizaciones ha eliminado muchas y no hay obstáculos para que el agua corra libremente y llegue de momento a lugares donde antes no llegaba o no se recibía una gran cantidad de agua.

En los próximos meses deben comenzar a ejecutarse varias obras de envergadura para mejorar el drenaje en la capital, dijo a Trabajadores Javier Toledo Tápanes, delegado del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos en La Habana. Foto: Aguilera.

¿Qué otras obras están previstas a corto plazo?

Reitero que para el 2016 o 2017 deben aprobarse la obra de la cuenca de Matadero y ejecutarse otras en el Cerro.

Igualmente se trabajará en la conocida como cueva del indio, en la zona de Montebarreto y hacia donde tributan las aguas que bajan por la avenida 70 y otras del municipio de Playa.

¿De qué sistema de drenaje hablamos?

En toda La Habana  hay 534 kilómetros de colectores y conexiones,  casi 29 mil 790 tragantes, 7 mil 324 registros y 364 pozos de infiltración, más siete lagunas de infiltración. Casi el 90 % se concentra en el sistema central que abarca a los municipios de Plaza de la Revolución, Cerro, Centro Habana, La Habana Vieja y Diez de Octubre.

La infraestructura de drenaje pluvial también tiene sistemas parciales en algunas localidades y la otra parte desagua a partir de unos 400 kilómetros de ríos y zanjas, cuya limpieza recae en la DPRH. Hasta ahora hemos podido dar mantenimientos en las zonas de mayor impacto.

A partir del 2014 se adquirieron tres retroexcavadoras de brazo largo, equipamiento especializado para realizar esas labores que no es suficiente. Es un programa a mediano y largo plazo porque es grande lo que hay que hacer.

¿Contra ello conspiran las indisciplinas?

A los ríos y zanjas se vierte mucha basura, es lo que más extraemos.

Se ha  construido sobre zonas de inundación, al lado de arroyos, se han bloqueado cauces naturales y ahí están las viviendas. Es imposible que no se aneguen.

Intensas lluvias en menos de tres horas provocaron notables inundaciones en la capital el 29 de abril. Foto: Juvenal Balán.

También están las conexiones ilegales del alcantarillado al drenaje, lo cual limita la capacidad de evacuación de las lluvias.

En un trabajo presentado al consejo de la administración provincial (ayuntamiento) caracterizamos todos los problemas vinculados al tema que son multifactoriales.

Uno de ellos se vincula con la recogida de desechos sólidos y otro con la necesidad de que en los trabajos de viales se emplee más la fresadora y no sigan colocando capas tras capa de asfalto, práctica que en algunos lugares ha provocado la pérdida de badenes y contenes, lo cual disminuye la capacidad de absorción de agua. El contén le hace presión al agua y contribuye a que se evacue más rápido.

Hay elementos que dependen de recursos, y otros tienen que ver con una actuación de las autoridades administrativas para erradicar indisciplinas que atentan contra las funciones de las obras de drenaje y acentúan los problemas de inundación.

¿Cuántas áreas de inundación tiene la ciudad?

Es oportuno puntualizar que las áreas de inundación no desaparecen, son  parte de la topografía y lo que se hace es tratar de minimizar los efectos sobre ella. En la ciudad existen 215 de esas zonas, de ellas 78 en los municipios del centro. Los que más tienen son Playa, La Lisa, Marianao, Cerro y Diez de Octubre.

Pero todas no poseen el mismo porcentaje de perjuicio, fundamentalmente depende del nivel de las precipitaciones en cada momento. Ocho de ellas son afectadas por penetraciones del mar. Todas están estudiadas y en varias hay proyectos como los expuestos anteriormente, que responden a una proyección cuyo basamento son las estrategias aprobadas para el sector en la política del agua y en los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución aprobados en el VI Congreso del Partido.

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