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Anisis Isis González: Imaginario crítico desde la inmensidad de la mujer

Con la paciencia de un artesano experto, Isis entreteje collages, pinturas y esculto-pinturas que impactan al espectador. Detrás, la pieza titulada La hija de la artista. Técnica mixta sobre lienzo; inspirada en su hija adolescente Chelín. Foto: Eddy Martin
Con la paciencia de un artesano experto, Isis entreteje collages, pinturas y esculto-pinturas que impactan al espectador. Detrás, la pieza titulada La hija de la artista. Técnica mixta sobre lienzo; inspirada en su hija adolescente Chelín. Foto: Eddy Martin

 

Desde su surgimiento, el desarrollo  del arte ha estado signado por ciclos  o períodos creativos antagónicos  entre sí. De tal forma, al arte clásico  se contrapuso el medieval, el Románico  y el Gótico; mientras que al  medieval se opuso el Renacimiento,  y a este, el Barroco; en una ascendente  espiral que prosiguió con la  llegada del Neoclásico; el cual fue  vencido por el Romanticismo, y este,  posteriormente, por el Realismo, cadena  de contrarios que encontró en  el siglo XX la disolución, fusión y  aparición de nuevos esquemas. Esa  evolución, con marcadas diferencias  de estilos, conforma la Historia  del Arte.

Esa especie de tránsito desde la  expresión ingenua venida con las primeras  muestras de una vocación casi  siempre despertada desde la cuna,  hasta el clímax o consolidación profesional,  sucede también en el interior  de los creadores, hecho que he podido  seguir a través de los diferentes pasos  de Anisis Isis González (Morón,  1969), a partir de su primera muestra  de repujados sobre metal en la galería  Carmen Montilla, de La Habana Vieja,  hace ya varios años.

Aquellas extraordinarias obras  que reunió bajo el título de Metalmorfosis  (I y II), posteriormente fueron  exhibidas en el Miramar Trade  Center, en homenaje a su esposo y  mecenas, Sergio, quien allí labora. La  artista iniciaba así un camino acompañado  de búsquedas, ensayos y rigurosos  estudios —teóricos y prácticos—  sobre artes plásticas, que como un  proceso de natural perfeccionamiento  la condujo a incursionar, a veces  atrevida, en la pintura, inicialmente  en una etapa en la que aún se vale de  las incrustaciones de fragmentos de  repujados en metales caracterizados  por el excelente empleo de una técnica  milenaria.

Con la paciencia de un artesano  experto, ella entreteje collages, pinturas  y esculto-pinturas, de los cuales  precisamente trata su exposición  también prevista para la galería Carmen  Montilla, dentro de las colaterales  de la 12ª Bienal de La Habana.  Sin embargo, sometiéndose a  prueba de contrastes antagónicos con  su propia producción iconográfica,  con esta nueva serie Isis viene a demostrar  que ya está en condiciones  de incursionar en la pintura pura,  dejando en otra vertiente de su quehacer  la técnica del repoussé y metal  embossing.

La figura femenina, imagen fundamental de sus pinturas, constituye el eje conductor de esta exposición. En la foto la pieza titulada Paraíso de pasiones. Técnica mixta sobre bastidor de metal. Foto: Eddy Martin

 

En sus trabajos —técnica mixta—  especialmente concebidos para esta  muestra, la artista recrea disímiles  discursos plásticos independientes, entrelazados  por el tema de la mujer. En  algunas piezas su lírica gira en torno a  la paradoja entre la belleza femenina y  su estado de sometimiento en muchas  partes del mundo en las que son privadas  de derechos civiles y políticos, en  tanto la “moral sexual” represora las  encadena y humilla —Crucifixión—,  víctimas de sociedades en las que aún  son consideradas género débil.

De eso tratan sus propuestas, entre  las que se destacan varias impactantes,  como Paraíso de pasiones, La hija de  la artista (Chelín) y Ruptura de amor.  Asimismo el espectador encontrará  crudas reflexiones sobre diferentes  sentimientos humanos, desde la esperanza,  el amor y la fe, hasta la angustia,  el dolor y el miedo. Son creaciones  que percibimos como diálogos críticos  entre el pensamiento feminista y la psicología  social, en tanto nos enfrentan a  distintos imaginarios de la mujer en la  contemporaneidad.

Otras de sus obras rememoran a la  mujer atrevida, a la mujer sencilla pero  luchadora, en la que no resalta la belleza,  pero sí la fortaleza. Mitos femeninos  conceptualizados mediante el arte sobre  la base de una ética y una filosofía vivida  o mejor entendida por la experiencia  congenérica. Sus trabajos más crudos,  sin embargo, no dejan sabor amargo,  sino incitan a pensar en féminas que  tienen a su alcance un mundo de posibilidades,  capaces de explorar o encauzar  el camino de la libertad plena.

Ruptura de amor. Técnica mixta sobre lienzo. Foto: Eddy Martin

La figura femenina, imagen fundamental  de sus pinturas, constituye  el eje conductor de esta exposición que  sobresale por la consolidación de un  estilo muy personal, en el que buena  parte del discurso radica en los fondos  abstracto-figurativos, así como en la  armónica fusión de los colores —sobrios  o brillantes—, las líneas —seguras e imperativas—  y las texturas —mediante  espatulados e incrustaciones de metales  repujados—, que apuntalan sus composiciones  para lograr una expresividad  pictórica que trasciende los límites de la  representación. Imaginario, a veces lúdico,  con el cual Isis propone incentivar  la transformación del mundo.

Esta serie de trabajos, concebidos  desde el sustento espiritual del amor,  convocan a pensar en la célebre pintora  mexicana Frida Kahlo (Coyoacán,  1907-1954), quien en 1938 aseguró en  su diario “capaz de hallar una forma  personal de expresarme en la pintura,  sin que me empujara prejuicio alguno”.

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