La obra de Alicia Perea Maza está salvada, no solo por sus registros discográficos, sus intervenciones en múltiples productos audiovisuales, sus conciertos grabados… sino porque su labor pedagógica ha sido puntal en la formación de numerosos pianistas cubanos.
Este miércoles falleció en La Habana la importante pianista y profesora, quien por muchos años se desempeñó también como dirigente de la cultura, compositora y promotora musical.
Su aporte a la conformación de un plan de estudio para la música en Cuba ha sido reconocido por numerosas instituciones y personalidades de ese arte.
Nació en La Habana, el 24 de mayo de 1934. Inició sus estudios musicales con su madre Blanca Isabel de la Maza, los continuó en el Conservatorio Peyrellade con Juana Valles de Goñi, y los concluyó en el Instituto Superior de Arte bajo la tutela de Frank Fernández.
Recibió también clases magistrales de otro grande de la pianística nacional: Jorge Luis Prats.
Desde 1959, Perea tuvo numerosas responsabilidades vinculadas con la enseñanza musical en el país. En 1987 ocupó la dirección de Música del Ministerio de Cultura y después de la fundación del Instituto Cubano de la Música pasó a ser su presidenta.
Está considerada una figura esencial de las sucesivas reformas de la enseñanza artística en el país.
Fue, además, una intérprete consagrada. Tocó en importantes escenarios de Cuba y otros países. Particularmente notable fue su labor en la difusión de la obra de destacados compositores cubanos.
Recibió importantes condecoraciones, entre las que se destacan la Medalla Alejo Carpentier y la Medalla Rafael María de Mendive.