Graciela jamás fumó. Pero su esposo sí. Una radiografía rutinaria en busca de una posible infección pulmonar –por esa tos, que no se le quitaba– encontró una mancha sospechosa en la zona del tórax. A Graciela, ingeniera industrial en plena efervescencia profesional, el mundo se le quería hundir.
La explicación que recibió de manos del doctor Ramón no era precisamente una “buena” noticia, pero sí, al menos, alentadora. El hospital de la ciudad de Santa Clara donde atenderían a Graciela está integrado a la red de instituciones de salud del país que dispone de un medicamento desarrollado por expertos nacionales.
Ni radiaciones ni sueros citostáticos agredirían el organismo de la mujer. No tendría que lidiar con la pérdida de cabello y las náusas terribles del tratamiento. Solo con recibir una vacuna “terapéutica” la enfermedad podría ser controlada.
Más que medicamento, un puente
CIMAVax-EGF es el nombre del medicamento desarrollado por el Centro de Inmunología Molecular (CIM), de La Habana, tras 15 años de investigación.
La vacuna “castra” el factor de crecimiento epidérmico en el cuerpo humano, sin bajar sus niveles a cero. Esto significa que el elemento que hace crecer la piel y las células de los órganos –y por tanto hace crecer también las células de los tumores– no desaparece por completo, sino que se concentra en las funciones normales y deja de “alimentar” el crecimiento de las células enfermas.
De esa manera, el CIMAVax-EGF hace que el cáncer se convierta en una enfermedad crónica manejable. Genera anticuerpos contra las proteínas que desencadenan la proliferación incontrolada de las células. Pero no hace milagros. Como toda obra humana las reacciones de los individuos pueden ser diferentes y en algunos casos prolongar la vida… o no.
El cáncer de pulmón es considerado como uno de los más graves, frecuentes y mortíferos del mundo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, mata cinco millones de personas al año, cifra que podría aumentar a ocho millones en 2030 si no cambian los hábitos de fumar.
El anticuerpo cubano está registrado en nuestro país y en Perú, al tiempo que Argentina, Brasil y Colombia, entre otros países latinoamericanos, realizan trámites para su inscripción, y naciones como Reino Unido y Australia efectuaron ensayos clínicos.
Ahora además acaba de convertirse en un puente de acercamiento con los Estados Unidos. Durante la reciente visita del gobernador del estado norteamericano de Nueva York, Andrew Cuomo, a La Habana, el Instituto Roswell Park firmó con el CIM un convenio para realizar los ensayos clínicos correspondientes en pacientes de esa región y validar el potencial uso de este avance cubano en hospitales neoyorkinos.
Más de una esperanza
Pero CIMAVax-EGF no es la única vacuna terapéutica que produce el CIM. En 2012 fue dada a conocer Racotumomab (Vaxira), diseñada contra el cáncer de pulmón avanzado, de células no pequeñas.
Según sus creadores, el preparado se emplea en la fase cuatro del cáncer de pulmón, el más frecuente y de peor pronóstico entre las más de 200 localizaciones de esa temible dolencia.
Racotumomab repite en presentar, además, muy baja toxicidad, y no provoca los desagradables efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia.
Tal propiedad abrió puertas para más enfermos: ahora los pacientes de edad avanzada pueden someterse a tratamientos de hasta dos años de duración, lo que quiere decir, dos años más de vida.
Antes de la aparición de Vaxira, si a un adulto mayor se le detectaba un carcinoma pulmonar tenía muchas probabilidades de no ser elegible para recibir los citostáticos.
Intervención de emergencia
Si quisiéramos metaforizar, podríamos imaginar a CIMAVax-EGF y Racotumomab (Vaxira) como bomberos de laboratorio. Han sido desarrolladas para extinguir un “incendio” en la salud humana, esa “llamarada” que desatan años de exposición al humo del cigarro, propio o ajeno.
Entre 5 000 y 14 000 cubanos fallecen anualmente por tumores malignos, lo mismo de próstata, intestino, tráquea, bronquios, pulmón o mama.
La santaclareña Graciela por ahora no será uno de ellos.
Cuba es el único país que cuenta con dos vacunas registradas contra el cáncer de pulmón, noticia alentadora que no debe conducir a la confianza.
Estas vacunas solo sirven para manejar una enfermedad mortal. Lo mejor es prevenir, conjurar los riesgos, apagar el cigarro.