Antonio Bejerano Martínez envía la carta donde adjunta los nombres de sus colegas, inconformes porque hace más de 15 días fue cambiado el horario de ventas del mercado capitalino El Trigal. Ahora es de cinco de la tarde a 12 de la noche, lo cual les perjudica, afirma.
Posteriormente a la recepción de esta queja indagamos en la dirección de distribución del consejo de la administración provincial y supimos que los horarios de apertura son de tres o cuatro de la tarde a tres de la mañana.
Bejerano expone algunas de las razones de la desaprobación: les atrapa la noche dentro del lugar haciendo las compras y no pueden ver ni la calidad de la mercancía. También algo peliagudo: “Esto ocurre casi en penumbras donde está circulando dinero”, expresa.
Ejemplifica que el lunes 6 de abril faltó el fluido eléctrico durante 25 minutos. “Imagine qué estrés, qué tensión y peligro”, enfatiza.
El nuevo horario plantea que provoca otras afectaciones, pues los transportistas no quieren dar viajes nocturnos y quien accede sube la tarifa.
Precisa que desconocen las razones del cambio y añade que desde la apertura de ese mercado encontraron algunas dificultades, pero todas se habían ido solucionado, en función del objeto social de la instalación, a la cual asisten cientos de trabajadores por cuenta propia no solo de la capital, sino además, de Artemisa y Mayabeque.
Ellos y nosotros esperamos una respuesta convincente a una decisión que podrá tener muchas justificaciones, en las cuales nunca corresponderá sorprender al cliente con una nueva fórmula que a todas luces lo perjudica.