Por su determinante papel en la victoria, el primer segmento lo integra una selección de títulos de lo que para los cineastas soviéticos siempre representó un tema sagrado. Es difícil hallar una familia en la URSS que no sufriera las consecuencias de la guerra. Muchos camarógrafos marcharon al frente y lucharon junto a los soldados, mientras recogían en imágenes las operaciones militares que condujeron a la derrota de los nazis. La guerra dejó una profunda huella en la cinematografía, y los creadores de las nuevas generaciones no dejan de hurgar en el tema.
Desde la postguerra el cine multinacional soviético produjo filmes de gran dimensión artística, que reflejaban los ángulos más humanos de sus tropas durante la contienda (Cuando vuelan las cigüeñas, La balada del soldado, La infancia de Iván). Daban un tratamiento diferente a los conflictos en tiempos de guerra, con gran rigor estético (Ascensión), sin olvidar la revisitación de la literatura (Ellos lucharon por la patria, según Shólojov), hasta lograr una de las películas más extraordinarias sobre el tema: Ven y mira, de Elem Klímov.