Un libro, un parque y una idea es todo lo que se necesita para realizar este maravilloso acto que el año pasado prendió agradablemente entre el puñado de usuarios en las redes sociales que supieron de la iniciativa. La premisa es básica: tomar un libro —de los verdaderamente apreciados, de los que quisiéramos que todo el mundo leyera—, despojarse de cualquier egoísmo y soltarlo en algún lugar público para que otro lector interesado lo encuentre.
Aunque la idea original no necesita un lugar específico, sino que toma toda la ciudad —y todo el campo, y toda la selva, y todo el desierto— como escenario, nuevamente los organizadores convocan a quienes deseen participar a reunirse en el parque de H y 21, a partir de las 9:30 de la mañana, y convertirlo en una gran librería gratuita al aire libre. No obstante, esto no es una camisa de fuerza, y si no puede o no desea acudir, puede dejar su libro en donde quiera.
En fin, que si desea romper con las rutinas y devolverle la vida a ese libro fenomenal que tiene agarrotado en un anaquel, riegue la voz, coménteselo a su vecino cuando vaya a copiar el paquete, haga el cuento en la cola del pan, comparta el anuncio en Revolico. Y si va a ser generoso, séalo con ganas; suelte su libro con alguna dedicatoria a ese extraño que podrá disfrutar de los placeres que la página desconocida esconde.