Numerosos episodios demostrativos de aquel comportamiento como aquel del joven artillero que antes de morir por la metralla enemiga escribió con su sangre el nombre de Fidel, inspiraron a los poetas que plasmaron en sus versos la épica de aquellas horas cruciales.
Entre muchos, escogimos uno no muy divulgado, del Poeta Nacional Nicolás Guillén:
Abril sus flores abría
Abril sus flores abría,
manto azul, corona verde,
rey de serena fragancia
que apenas las hojas mueve,
cuando desde el alto norte
flota de piratas viene
a herir con fácil cuchillo,
como los traidores hieren,
el gran pecho de Girón
que junto a la mar se extiende.
Pagados están en dólares
y en inglés órdenes tienen
de que en Cuba ningún ensueño,
ni una flor, ni un árbol quede.
Asaltan de noche oscura
para matar y esconderse,
pero el pueblo los achica,
los achica y los envuelve,
los envuelve y los exprime
y los exprime y los tuerce.
Ante las balas que silban
Temerosas nalgas vuelven:
En el mar buscan refugio,
mas las olas no los quieren;
sus barcos desmantelados
son ruinas que el agua ofende.
Ansiosos de no morir
muertos están para siempre:
el pueblo les enseñaba
que solo vive quien muere
con el pecho entre las nubes
y la sangre a la intemperie.