“En nuestro centro los trabajadores están disgustados con el sistema de pago aplicado, porque en vez de beneficiarnos nos ha perjudicado”, afirmó en nombre del colectivo Gloria Pérez, operaria y secretaria de la sección sindical de la dulcería La Nueva, en Holguín.
“Esta situación la hemos analizado en las asambleas de producción y elevado a las instancias superiores, seguimos trabajando mucho y ganando poco, hay meses que cumplimos el plan y apenas cobramos siete u ocho pesos por encima del salario básico.
“Nosotros no entendemos por qué no nos pagan más, pues los compañeros del punto de venta, que está situado aquí mismo, pero son de otra empresa, ganan casi 600 pesos por comercializar nuestras producciones”.
Mas no se trata de un caso aislado, unos 3 mil trabajadores de cerca de 200 unidades productivas de la Empresa Provincial de Alimentos siguen sin recibir los beneficios de la Resolución 17 del 2014, encaminada a estimular los resultados productivos.
¿A qué se debe esto?, pues a las dificultades afrontadas con la disponibilidad de materia prima, la disminución del valor agregado planificado y las ventas, según el criterio del subdirector de la entidad, Meinardo Guerrero Zaragoza.
Teniendo en cuenta que estos cambios no estaban previstos en el plan económico y para no seguir perjudicando a los trabajadores, la dirección de la empresa elevó la propuesta de suspender de forma temporal la aplicación del pago por rendimiento y pasar a tiempo.
Una situación similar presenta la procesadora de la industria pesquera Holguinera, donde por lo regular solo laboran de 10 a 15 días en el mes, debido precisamente a la falta de pescado fresco para procesar y elaborar picadillo, hamburguesas, croquetas y filetes, entre otros.
“Hace rato que no nos empatamos con 300 pesos o más de sueldo; hay muchas interrupciones y nos penalizan por eso, llevamos varios meses en lo mismo; dicen que van a hacer un estudio, pero nada”, aseguró enfático el procesador Jorge Madrigal.
En este establecimiento, como en otros, los trabajadores directos a la producción, que son los encargados de transformar la materia prima y darle valor agregado, están vinculados a los resultados finales, mientras comerciales y demás indirectos perciben el salario por las ventas.
La subdirectora de Recursos Humanos, Milagros Campos Rodríguez, aclaró al respecto que no se puede pagar sin respaldo productivo, como establece la 17, legislación concebida para entidades con estabilidad productiva y aseguramientos materiales.
En la Empresa de Productos Lácteos enfrentan esta disyuntiva con la aplicación simultánea de sistemas de pago a destajo y por resultados en el caso de los directos, lo cual ha permitido equilibrar un tanto la balanza con los indirectos.
El director de Capital Humano, José Mosquera, señaló que la evaluación de los tres primeros meses demostró la necesidad de revisar los sistemas de pago a partir de los rendimientos alcanzados y las producciones topadas.
No obstante, reconoció el directivo, siguen afrontando dificultades porque los gastos se mantienen altos por la obsolescencia tecnológica de la mayor parte del equipamiento y el imperativo de garantizar entregas normadas a la población.
Mayor protagonismo sindical
A casi un año de su puesta en vigor, los resultados en la aplicación de la Resolución 17 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) no se corresponden con las expectativas generadas en cuanto al aumento de la productividad y los salarios.
Un informe evaluativo del MTSS en la provincia de Holguín consigna que al cierre de diciembre la productividad individual en el sector empresarial llegó a 3 mil 602 pesos y el salario medio creció en 73 pesos.
Los discretos avances cuantitativos y el hecho de que los directos a la producción sean los menos beneficiados en muchas entidades confirman cuánto queda por hacer en el empedrado camino de la eficiencia.
De acuerdo con el mismo documento todavía un grupo de 19 empresas realizaban pagos sin respaldo productivo, la mayoría de importantes sectores de la economía, como el níquel, la agricultura, la construcción y el azúcar.
Según Alcides Betancourt Caraballo, quien atiende esta tarea en el Secretariado provincial de la CTC, esto se debe a problemas organizativos y de aseguramiento material que siguen estando presentes en el sistema empresarial.
No podemos olvidar, indicó, que la Resolución 17 está encaminada a lograr mayor eficiencia, a través del incremento de la productividad y el ahorro de recursos, y que esto repercuta en el salario de los trabajadores.
Dijo que tales objetivos se pueden alcanzar siempre y cuando se haga una correcta planificación de los indicadores de productividad, los gastos, las materias primas y demás recursos, como lo vienen demostrando en la empresa de cigarros Lázaro Peña.
Por eso llamó a los dirigentes sindicales en los diferentes niveles a desempeñar un papel mucho más activo a la hora de realizar la planificación y las contrataciones, de modo que se puedan exigir indemnizaciones en caso de incumplimientos.
“Tenemos que ser cuidadosos a la hora de programar los indicadores directivos de cada entidad, cómo va a cumplir con el encargo estatal, las ventas netas, las utilidades y el límite de gasto de salario por peso de valor agregado bruto”, subrayó.
Planificar mejor
Lo que viene sucediendo en esta provincia, donde priman las insatisfacciones por encima de las satisfacciones en cuanto a los beneficios salariales de la 17, demuestra que es necesario planificar en correspondencia con las posibilidades reales.
La nueva legislación establece que los trabajadores pueden estar comprendidos de manera simultánea en más de una forma de pago por rendimiento, es decir, a destajo y por resultados, de acuerdo con su aporte.
Sin embargo, no siempre se cumple con lo dispuesto, en perjuicio del trabajador, pues la misma Resolución exceptúa de penalizaciones por deterioro del gasto de salario por peso de valor agregado bruto a quienes están acogidos a un sistema de pago a destajo.
La forma de pago por rendimiento, señala el documento, es financiada por las empresas, en correspondencia con los indicadores productivos aprobados en el plan y sus posibilidades económicas, sin que se restrinja cuánto dinero se puede percibir.
Pero si se deteriora el gasto de salario por peso de valor agregado bruto, el sueldo base de cálculo se afecta hasta el límite mínimo del país, fijado en 225, como viene sucediendo en numerosas dependencias holguineras.
El propio articulado dictamina que la forma de pago por rendimiento se aprueba anualmente en el proceso de elaboración del plan por los presidentes o directores de las organizaciones superiores, previo acuerdo con el sindicato en el nivel correspondiente.
El dirigente sindical tiene que participar en la aprobación, pero, por falta de preparación, muchas veces lo hace formalmente, sin emitir criterios ni exponer las preocupaciones del colectivo obrero.
Todo esto evidencia que todavía queda mucha 17 por donde cortar, es decir, mucho que hacer para que tal Resolución cumpla sus objetivos de contribuir a incrementar la producción y los servicios con calidad, reducir los gastos y beneficiar salarialmente a los trabajadores.