La primera de las iniciativas retomó la práctica de visitar la sala de Oncología del Hospital Pediátrico “Juan Manuel Márquez”, donde en ese momento 16 niños con edades comprendidas entre cero y diecisiete años recibían tratamiento para sus afecciones.
En una sencilla interacción, los desarrolladores de software compartieron con los pacientes y sus familiares regalos que incluyeron artículos de aseo personal, ropas, libros y juegos; obtenidos del aporte de lo que cada trabajador considere útil y provechoso.
“Con mucho apoyo de la coordinadora de la sala, compartimos con esos pequeños guerreros, quienes junto a sus médicos y familiares nos agradecieron la visita y los regalos”, relató a Trabajadores Patricia Tamayo Alemán, especialista de Comunicación de la empresa habanera.
Como vocera de los participantes, Patricia reveló también las emociones vividas en la tarde del propio día, cuando por primera vez parte del equipo de DESOFT visitó un cercano Hogar de Niños sin Amparo Filial, en el capitalino barrio del Vedado.
“Después de hacer las coordinaciones correspondientes durante varias semanas con el objetivo de que nos permitieran conocer y compartir con los pequeños, allí llegamos. La experiencia fue gratificante pues con esos niños no solamente jugamos, ellos recitaron y cantaron para nosotros”.
“Fuimos afortunados al descubrir este tesoro de quince niños intranquilos en edades comprendidas entre dos y tres añitos recién cumplidos, hasta siete años, inteligentes, saludables, educados y cuidados con mucho esmero por el personal que los atiende”, contó la especialista.
“No fue hasta el momento de repartir los presentes que nos dimos cuenta de la recomendación de la Directora cuando nos dijo … para ellos todos los juguetes tienen que ser iguales …, ¿Qué sucedió?, ninguno estaba conforme con lo que tenía en sus manos y entre ellos se hicieron hasta algunos intercambios”, recordó con emoción.
También gracias al aporte del colectivo de ingenieros informáticos y personal de apoyo, los niños de la institución recibieron una valija con dulces, refrescos, confituras, algunos libros, libretas, lápices, acuarelas, juguetes y otros detalles para su agrado y entretenimiento.
La experiencia de entrar en contacto directo con niños y jóvenes concluyó con la apertura de las instalaciones del centro a la presencia de los más pequeños de la comunidad, en una celebración que incluyó rifas, competencias de baile y juegos de computación para una treintena de aviesos participantes.
Según los trabajadores de DESOFT Habana, la motivación de un festejo juvenil renovó aires e hizo experimentar muchas emociones a quienes por la dinámica diaria del trabajo estático frente a las computadoras puede hacérseles distante la necesidad de dar amor y facilitar también un relación más humana, sobre todo, con los niños.