El púgil Alcides Pérez Jiménez liderea en los juegos nacionales escolares, gana el boleto para la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético y conquista la medalla de oro en el Torneo de Boxeo Playa Girón, en 1984.
Así comienza a ubicarse en el ranking del deporte de alto rendimiento. Pero, un golpe fuerte lo deja un tiempo fuera de combate. Cortando un árbol en su natal Mayajigua, de la provincia de Sancti Spíritus, termina su carrera deportiva.
“Cuando me cayó la mata en las piernas tenía 18 años de edad, estuve 21 meses en una silla de ruedas y en esa etapa reflexionaba, cómo siendo una persona discapacitada, podía hacer realidad el anhelo de construir mi propia vivienda”.
Vuelve al ring de la vida. “Conmigo la medicina cubana también hizo el milagro, me recuperé y vine a la ciudad de Ciego de Ávila, trabajé en varias empresas hasta que comencé a ‘boxear’ en el trabajo por cuenta propia, le hice swing a la producción de bloques para construir mi casa y gané la pelea”.
Intentan aplicarle otro “conteo de protección”, pero él riposta: “Algunas personas decían que era imposible fabricar de forma manual tanques de asbesto cemento para almacenar agua, pensaban que yo revendía depósitos de este tipo fabricados en establecimientos estatales.
“Nosotros los hacemos de 350, 500, 600 y 800 galones con los desechos de las fábricas, y también los arreglamos en las viviendas cuando necesitan ser reparados, eso facilita la solución a varios planteamientos en las asambleas de los delegados con los electores en las comunidades.
“Tampoco creían que podíamos subirlos a los edificios sin utilizar una grúa, cuatro hombres efectuamos la operación de forma manual con un sistema de correas, el mismo que empleamos para colocar las gigantografías en las torres del estadio José Ramón Cepero, antes de la gran final de la pelota cubana”.
Noquea el escepticismo y dirige un equipo élite de 36 obreros contratados que él encabeza como trabajador no estatal “Tenemos un convenio con la Empresa de Construcciones Varias para fabricar mensualmente 4 mil bloques, 3 mil baldosas y otros productos, la entidad nos facilita la materia prima y las producciones van hacia las tiendas de venta a la población de materiales de la construcción
“Elaboramos pintura de múltiples colores, mejoramos techos de edificios y reparamos escuelas como la primaria del poblado de Ceballos, el hogar de niños sin amparo filiar y otras instituciones”.
Una significativa victoria atesora. “Al principio veíamos al sindicato como algo negativo, sin embargo, hoy es nuestro ‘motor de arranque’. Tuyé, la única mujer del colectivo, encargada de las finanzas y los papeles, y Nataniel, el secretario general, se ocuparon de que todos estemos sindicalizados”.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción lo estimuló por ser uno de los líderes en el país, en el desarrollo del programa de producción local y ventas de materiales de la construcción.
Alcides y sus pupilos entrenan a fondo: “Pretendemos constituir un combinado donde concentraremos la fabricación de baldosas, pintura, bloques de 10, 15 y 20, conexiones de tuberías plásticas, a partir de la contratación de las materias primas con las empresas suministradoras, pues mi gente y yo también vamos a ganar la pelea de producir más recursos para el pueblo”.
Al final de la calle 10, de la capital avileña, justamente en el patio de la vivienda del otrora pugilista, comienzan los “entrenamientos” todos los amaneceres, en el empeño por convertir el lugar en una Cooperativa no Agropecuaria.
Acerca del autor
Licenciado en Comunicación Social. Economista y periodista. Escribe sobre asuntos económicos, agropecuarios, de la construcción y la cultura. Multipremiado en concursos de periodismo, festivales de la radio y otros eventos. Atesora las distinciones Félix Elmuza y Raúl Gomez García, los sellos Laureado y 50 aniversario del periódico Trabajadores, y la Moneda Conmemorativa 60 aniversario de la UPEC.