El único de los foros hemisféricos que se reúne por primera vez en el contexto de una Cumbre de las Américas es el de los Rectores. En él se espera la participación de unos 400 académicos en representación de las dos Américas.
Cuba asiste con tres invitados especiales —Eusebio Leal Spengler, Eduardo Torres Cuevas y Sergio Guerra Villaboy— y 13 rectores. Uno de ellos es Andrés Castro Alegría, quien dirige la Universidad Central Marta Abréu de Las Villas y ha desarrollado un especial sentido de pertenencia, lógico en quien transita de estudiante, a profesor, máster, doctor, y finalmente a máxima autoridad de un plantel educacional de alto nivel académico como este.
“Cuba ha construido relaciones históricas con un grupo importante de universidades del país sede de la Cumbre, específicamente con la Central de Panamá. Tenemos intercambios de profesores y estudiantes de los diferentes centros, y en el caso particular de la las Villas, recibimos a estudiantes de la carrera de turismo que realizan pasantías acá, y enviamos profesores de diversas especialidades que imparten cursos de postgrado y realizan algunas asesorías.”
¿Cual usted cree que sea la razón por la que Panamá ha organizado un encuentro de de este tipo?
“La educación superior, las universidades, no pueden estar ajenas a los procesos de complementariedad e integración que se están dando en América latina y el Caribe. Como foro no había ocurrido en las Cumbres de las Américas, pero sí hay una práctica regional de realizar encuentros bilaterales y en noviembre de 2013 se creó la Asociación de Consejos de Rectores Universitarios de Latinoamérica y el Caribe (ACRULAC), para darle seguimiento a los acuerdos de la I Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).”
De acuerdo a los temas que están convocando ¿cuál será la experiencia que llevará Cuba?
“En primer lugar, los resultados obtenidos en la formación de recursos humanos y su aporte a la superación de ese capital en los países de América Latina y el Caribe. Cientos de estudiantes de esos países se han titulado en las universidades cubanas.
“En segundo lugar, en momentos donde se habla de libre acceso y democratización de las universidades, Cuba puede mostrar una realidad diferente. La Revolución ha graduado, desde 1959 hasta la fecha, más de 1 millón 100 mil profesionales y eso nos permite mostrar que, a pesar de las condiciones económicas, hemos garantizado el pleno acceso a la educación.
“En Panamá se estarán enfrentando dos proyectos, el de la universidad privada frente a la pública, debate donde incluso nos han tratado de imbricar con la sociedad el conocimiento y trastocar un poco lo que significa ese concepto en el contexto de un centro de educación superior estatal.
“En algunos casos han tratado de simplificar el asunto intentando mirar a las universidades como empresas, pero en esos casos el estudio se convierte en una fuente de ingreso. Las universidades estatales y públicas persiguen otros objetivos en la formación y preparación de los recursos humanos.” |Yimel Díaz Malmierca