Icono del sitio Trabajadores

Innovadores en el CIGB : saberse útiles

El aporte llevado a cabo por Leiva junto a otros compañeros evitó la paralización de la planta     donde se obtienen ingredientes farmacéuticos activos de varios medicamentos. Fotos: Agustín     Borrego Torres
El aporte llevado a cabo por Leiva junto a otros compañeros evitó la paralización de la planta donde se obtienen ingredientes farmacéuticos activos de varios medicamentos. Fotos: Agustín Borrego Torres

De cara a las soluciones andan los innovadores y racionalizadores en el  Centro de Ingeniería Genética y Biotecnologías   (CIGB). Ninguna adversidad    les resulta ajena en el bregar    de cada día para disminuir importaciones,  recuperar un equipo y hacer  todo cuanto contribuya al quehacer de tan valiosa institución que constituye un gran complejo investigativoproductivo.

Saberse útiles en todo momento    es la voluntad que guía a trabajadores    como Gerardo Cruz de la Paz, con la recuperación de dos quemadores de    un incinerador dados de baja técnica    por el mal estado en que se encontraban    luego de muchos años de explotación.

En la medida que iba viendo los problemas buscaba la solución, señala Gerardo Cruz de la Paz.

“Esos medios se utilizan en la destrucción    de los materiales de desechos    en la planta de producción del CIGB.    Junto a Yosmel Azcuy (electricista)    y Yasser Linares (ayudante) tuve la    tarea de reconstruirlos. En nuestros    almacenes había un quemador similar    que estaba como un renglón ocio- so y le faltaban algunos componentes    y agregados. A partir de ahí comencé    los cálculos para aprovechar los    elementos que teníamos a nuestro    alcance con el fin de adecuarlos a los    dos quemadores anteriores, además    del acondicionamiento de bombas de    combustible y la introducción de mejoras    en la parte eléctrica.

“Todo transcurrió en el tiempo    previsto. No fue necesario adquirir    quemadores nuevos ni comprar piezas,    y fue posible salvar los existentes,    que hoy funcionan correctamente”.

Innovador destacado en el 2014,    Gerardo acumula vasta experiencia    como técnico en termoenergética.    “Fue relativamente sencillo llevar a    cabo la tarea, pues en la medida que    iba viendo los problemas buscaba la    solución y aunque hubo varias adaptaciones,    estas había que ajustarlas a    lo que necesitábamos”.

Salvar la planta 

Como tecnólogo en soplado de vidrio, Amado Sáez Álvarez contribuye a la sustitución de importaciones.

El sistema de agua purificada en la    planta productora de medicamentos    presentaba problemas que amenazaban    con paralizarla. Este líquido    resulta indispensable en el lavado de    materiales, limpieza de áreas, preparación    de medios de cultivo y de soluciones,    entre otras acciones.

Según expone el innovador Alberto    Leiva Gálvez el conjunto de tuberías    asociado a los filtros de carbón    activado tenía deformaciones debido    a los años de explotación.

Fue preciso acometer modificaciones    en la red de esos conductos,    además de aplicar un sistema de válvulas    con manipulación manual que    garantizara las operaciones necesarias    para el contralavado e higienización    de los filtros antes mencionados,    sin afectar las características    del agua suave durante la preparación    que ocurre antes de entrar a las    membranas de ósmosis inversa a de    agua purificada, comenta Leiva.

Después de los trabajos efectuados,    la labor de los filtros de carbón    activado cumple con las exigencias    sanitarias requeridas y asegura las    características físico-químicas y microbiológicas    del agua suave.

El estable funcionamiento de los    sistemas de agua a las áreas productivas    es uno de los principales saldos    de este aporte llevado a cabo por    Leiva junto a otros compañeros, con    lo cual evitó la paralización de esa    planta donde se obtienen ingredientes    farmacéuticos activos de varios    medicamentos, vacunas e interferones,    y permitió que no haya desabastecimiento    de esos productos en    el mercado nacional y cumplir con los    compromisos internacionales.

Amado Sáez Álvarez también    forma parte de la Asociación Nacional  de Innovadores y Racionalizadores (Anir) en el CIGB. Como tecnólogo    en soplado de vidrio —uno de    los primeros en Cuba desde 1962—    contribuye a la sustitución de importaciones    mediante la reparación    o reconstrucción de instrumentos    de laboratorio como probetas, equipos    de destilación, bombas de agua    para vacío, entre otros.

En su haber atesora innovaciones    no solo para su colectivo donde    labora desde hace 29 años, sino para    otros centros del polo científico. “No    lo hago por el hecho de obtener una    remuneración. Me gusta mi trabajo    porque me inspira y lo veo como un    reto”, afirma.

Compartir...
Salir de la versión móvil