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Pescadores tierra adentro

Es continuo y contagioso el ritmo de trabajo. Fotos Del autor
Es continuo y contagioso el ritmo de trabajo. Fotos Del autor

Los 222 trabajadores de la UEB- Pesca Guayabal, en el tunero municipio de Amancio, arriban a la celebración de su Día, este 8 de abril, con resultados productivos que evidencian  cómo la voluntad puede imponerse a las limitaciones y cosechar éxitos.

Según refiere el ingeniero Maikel Ramos Pérez, director de este enclave subordinado a la Empresa Pesquera de la provincia de Granma (Epigran), el año pasado capturaron 548 toneladas de especies de escama y aportaron más de 97 al cumplimiento del plan de la entidad rectora, “el acopio total superó las 700, incluidas el ostión y las compras a los pescadores deportivos asociados”, enfatiza.

El avituallamiento anuncia la inminente zarpada

En el primer trimestre del presente calendario las cosas marchan viento en popa y a toda vela: “Sobrepasamos en 11 toneladas el plan fijado de 155”, dice Maikel; y en consecuencia, el salario medio sobrepasa los 400 pesos en moneda nacional y se acerca a los 40 CUC, y ya comenzaron a entrar parte de los aseguramientos de artes de pesca planificados para la corrida del pargo: anzuelos y sogas.

Con los pies en tierra firme

Cuando los pescadores se hacen a la mar están dando el primer paso en un esfuerzo que fructifica tierra adentro, donde sus colegas dan tratamiento industrial al producto y este adquiere nuevos valores.

Odalis, la organizadora del Buró Sindical

“Aquí, en la industria, es evidente el cambio de actitud. Estamos contentos porque vemos que se están haciendo cosas que ayudan a crear un clima laboral favorable”, asegura Odalis Álvarez Rodríguez, secretaria organizadora del Buró Sindical.

Todo gracias al trabajo en equipo, esa experiencia no siempre generalizada en el universo empresarial cubano, a pesar de que está demostrado  su positivo impacto en el objetivo de transformar cualquier situación problema: “Las direcciones de la empresa, la UEB, el Partido y el sindicato aunamos esfuerzos para irles dando soluciones a los problemas que requieren de pocos recursos: arreglos de puertas y ventanas, y se hermetizó el salón de proceso para climatizarlo”, cuenta Odalis.

En tierra firme también las vetustas embarcaciones, gracias al ingenio del fuerte movimiento de innovadores y racionalizadores, encuentran alivios a sus dolores.

“Disponemos de 13 barcos, de los cuales operan mensualmente un promedio de ocho o nueve, por afectaciones en los motores  con alrededor de 20 años de explotación continua, sin asignaciones de presupuesto, al menos este año, que permitan la remotorización.”, afirma Maikel.

Insatisfacciones al margen

Allí se levantaron del banco de problemas, donde descansaron algún tiempo. Ahora lo están empleando como brújula que les permite buscar en lo  interno las reservas necesarias a la transformación esperada; pero, hay asuntos que escapan a la voluntad del colectivo, porque requieren de inversiones y de atenciones “desde arriba”.

“No es buena la calidad de los medios de protección individual”, expresa Silda Dragoni Guinovaert, secretaria del Buró provincial del Sindicato de la Industria Alimentaria y la Pesca.

“Las mujeres –son mayoría en el salón de proceso- usan delantales deteriorados, porque les ha faltado este año las entregas previstas, esas piezas aíslan sus cuerpos de la humedad constante y les protegen la salud”, advierte Maikel.

Ellas también inexplicablemente carecen de la cantidad necesaria de palanganas, donde limpiar el producto, pese a su factura nacional.

La Organizadora del Buró Sindical enuncia los tres principales problemas que aqueja al colectivo laboral: “La rotura del motor del túnel de congelación hace cerca de tres años, problemas con los compresores que afectan el buen funcionamiento de la nevera; y la falta de un laboratorio –lo poseían- que permita acreditar la factibilidad del consumo humano de los alimentos procesados y de medios de computación –los tuvieron hasta el 2008- que faciliten el trabajo de control.”

Y son dignas de tener en cuenta las secuelas de estas carencias que frenan un mejor desempeño laboral. “Una parte del pescado se nos va, lo llevan para Manzanillo y por esa razón merman nuestros ingresos, no son satisfactorios los resultados de las inspecciones sanitarias; es de forma visual la observación física y organoléptica del producto y no podemos hacer productos de exportación”, remarca Odalis.

Es obvio atender estas demandas teniendo en cuenta cuánto contribuiría en el mejoramiento del clima laboral en la unidad, en la vigilancia sanitaria de los alimentos y en el aumento del sentido de pertenencia. No se pueden descuidar las características de las carnes que manipulan, en las cuales distingue el rápido deterioro asociado a la secreciones de enzimas que aceleran el proceso.

En resumen…

El festejo del Día del Trabajador de la Pesca es una fecha apropiada para el agasajo, muchos destacados trabajadores recibirán la distinción Aracelio Iglesias; pero también ha de abrir espacios a la reflexión en el camino de aumentar los aportes a la alimentación del pueblo y a la disminución de importaciones de estos rubros con precios muy caros en el mercado internacional.

Ya en la despedida Odalis exclama: “Y lo más importante, quiero que lo resalte, es que estamos cumpliendo y sobrecumpliendo los planes de producción.”

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