El día de su cumpleaños 80 la santiaguera Luisa María Ruiz Polar sorprendió a los presentes en el festejo con una “rara” petición: “El brindis no será por mí, sino por el Heberprot-P, por la medicina y por la ciencia”.
Más de uno se emocionó con aquellas palabras que resumían el sentimiento de la octogenaria y su familia, quienes durante largo tiempo vivieron bajo una amenaza terrible: la posibilidad de una amputación.
“En 30 años como diabética nunca tuve tanto miedo ni tanta conciencia de los riesgos de mi enfermedad. No sé cómo me pinché, no lo sentí, no supe en realidad cómo, en menos de 48 horas, el pie se puso negro, ni de qué manera aquel punto pequeño se convirtió en un hueco enorme.
“Pero tan rápido como el avance de la lesión fue la decisión de los médicos del Hospital Provincial Saturnino Lora: Heberprot-P contra esa úlcera, dijeron, e inyección tras inyección, cumpliendo con rigor el tratamiento, me devolvieron la alegría de saber que todavía me queda mucho camino por andar”.
Pie de plomo vs. pie diabético
Los 250 millones de diabéticos que se estima existen en todo el planeta corren el riesgo de padecer en algún momento de úlcera del pie, la cual puede evolucionar negativamente, al punto de conducir a la pérdida de una de las extremidades inferiores.
Por suerte, el tratamiento con este medicamento cubano, cuyo uso se extiende por varios países, disminuye en alto grado las probabilidades de amputación, cuestión que se expresa en la práctica con resultados halagüeños como los que exhibe la provincia de Santiago de Cuba.
De ello tiene pruebas tangibles Celso Suárez Lescay, Doctor en Ciencias Médicas, especialista de Segundo Grado en Angiología, y profesor e investigador titular, que se desempeña como jefe del programa provincial de atención al paciente con úlcera del pie diabético.
“Desde que el territorio se involucró en la fase tres del ensayo clínico del Heberprot-P, allá por el 2007, hasta la actualidad, las cifras de amputados disminuyen progresivamente: en el 2014, del total de pacientes atendidos el 57,7 % clasificó en la categoría de leve, el 42,3 % se trató por úlceras complejas y solo el 3,9 % requirió de amputación.
“Estamos hablando de 11 pacientes, cuando antaño eran más de 60, y la proyección es seguir disminuyendo sobre la base de consolidar el programa allí donde es más importante y efectivo, en el nivel primario, algo que se puede lograr sin dificultad, pues la capacitación en el manejo integral al pie diabético y en procedimientos quirúrgicos menores se ha enfocado a médicos, podólogos y personal de enfermería de las áreas de salud para que la pesquisa y el tratamiento sean adecuados.
La realidad de muchos territorios de la provincia acuña esas palabras, en especial la de los municipios de Santiago de Cuba, Mella y Palma Soriano, donde el porcentaje de pesquisados supera lo estimado en el programa.
Más allá de las estadísticas, lo confirman tantísimas historias de vida, entre ellas la del palmero Nerio Ortiz Donatién un hombre que anda hoy “con pie de plomo” para evitarse nuevas lesiones, pero que no deja de agradecerle la sobrevida a la detección temprana de su úlcera y a la efectividad del tratamiento.
“Eso es una norma en las cinco áreas de salud de aquí. Nuestro equipo multidisciplinario realiza una labor de atención y prevención muy fuertes, valiéndose de los medios de comunicación, del contacto directo con diabéticos y familiares, de las charlas educativas, y de todas las vías posibles”, aseguró el doctor Carlos Calderón Despaigne, angiólogo, cirujano vascular y jefe del programa en ese municipio.
“El impacto de ese quehacer dio como resultado que a nivel de áreas de salud, en el año 2013 fueran tratados 60 pacientes por úlceras del pie, con tres de ellos amputados; mientras que en el 2014, con una pesquisa más intensa, el número de casos ascendió a 160, con solo cuatro amputaciones”, explicó Calderón.
Prevenir para salvar
Si bien el Heberprot-P demuestra su efectividad, los especialistas levantan la bandera de la prevención por encima de cualquier otra cosa.
“Lo primero es evitar la aparición de la diabetes, fundamentalmente, asumiendo hábitos alimentarios saludables, la práctica sistemática de ejercicios físicos, la disminución del estrés”, asegura el Doctor en Ciencias Celso Suárez.
“Si ya está presente la enfermedad, hay que extremar el cuidado de los pies, revisarlos diariamente, lavarlos, secarlos bien y aplicar talco antimicótico; cortarse correctamente las uñas, si es con el podólogo mucho mejor; usar calzado cómodo evitando texturas calientes, revisar los zapatos antes de ponérselos, no andar descalzo ni siquiera en la playa, controlar la dieta y hacer ejercicios físicos.
“Hay que cumplir con las seis comidas al día, con énfasis en el consumo de frutas y vegetales, y si la persona es dependiente de la insulina debe usar dosis múltiples de ese medicamento para que el organismo funcione mejor fisiológicamente.
“Chequearse con el médico de familia con frecuencia, y si es necesario con el angiólogo, especialista que está presente en consultas programadas en todos los policlínicos del país, son también recomendaciones que tienen que tener muy en cuenta nuestros diabéticos y sus familias, porque siempre será mucho mejor evitar el uso del Heberprot-P”.