Cuando más ahogados parecían estar en suelo pinero, los cocodrilos de Matanzas mordieron a los piratas de Isla de la Juventud y se anotaron un importante y salvador segundo éxito —nocao 13-0—, en la semifinal que regresa este martes a un seguro abarrotado estadio Victoria de Girón.
El abridor Yoanni Yera sí cumplió esta vez su papel de contener la ofensiva y el ímpetu de los anfitriones, a quienes dejó en tres hits, en tanto sus compañeros lo respaldaron con 17 imparables, incluido cuadrangulares de Yurisbel Gracial y Yariel Duque. Por cierto, los cambios del mentor yumurino en la alineación rindieron más de lo esperado, aunque Luis Yander la O y Yadiel Hernández siguen siendo los más sueltos y menos presionados con el madero.
En la lomita contraria, el zurdo Darién Núñez sorteó las embestidas de los cocodrilos hasta el cuarto, cuando le abrieron el marcador y necesitó entonces un desfile de cuatro lanzadores en su auxilio. Con la pizarra llena de carreras y fuera de su libreto perfecto (el juego cerrado hasta los finales), poca emoción quedó para los aficionados locales, quienes pensaron por un momento festejar una clasificación histórica a la final de su conjunto.
La historia real de este play off apunta que el pitcheo ha sido clave —en especial, los relevistas pineros—; los errores que van a los libros y los mentales también han pululado; en tanto la receptoría matancera ha tenido una buena parte de responsabilidad en los tres fracasos, sin que eso reste méritos a la gallardía y motivación con que han ganado sus juegos los piratas.
Si bien es cierto que nadie pronosticó estas aguas turbulentas para los cocodrilos, Víctor Mesa ha demostrado que sabe sacarles el máximo a sus peloteros —quizás necesite ahora un poco más de paciencia para cambiar los serpentineros—, y levantar una semifinal como lo hizo hace dos años contra Sancti Spíritus.
A una sonrisa del tesoro mayor, los alumnos de José Luis Rodríguez Pantoja vuelven a Matanzas convencidos de que Yoalkis Cruz puede vencer a Jonder Martínez. De no ser así, tendrán todavía un séptimo partido para despojarse del estigma que los acompaña de no ganar un cuarto juego en play off.
Emociones, coros gigantes, entusiasmo e iniciativas han sobrado en esta semifinal, con tres memorables desafíos rompecorazones y mucha tela para cortar en cuanto a calidad, a partir de elementos técnico-tácticos muy censurables. Pero habrá tiempo para comentar sobre eso; de momento respiraron los cocodrilos y los piratas ya preparan sus nuevos ataques.
