El play off final del baloncesto en Cuba ha resultado ser una verdadera caja de sorpresas, especialmente porque tras lo visto en la temporada regular, pocos apostaron a que los grandes favoritos encontrarían tal resistencia en su camino al título.
Después de cinco partidos Capitalinos (M) y Pinar del Río (F), regresan a sus canchas con ventaja mínima para intentar finiquitar sus respectivos duelos y levantar el trofeo delante de sus públicos.
Los habaneros, a pesar de salir delante en los dos primeros encuentros de la gran final, chocaron en suelo avileño con unos Búfalos irreverentes que frenaron el “Tren Azul” y sacaron dos importantísimas victorias como locales antes de ceder en el quinto partido.
Los jugadores de Ciego de Ávila brillaron en la sala Cardín, hicieron su juego y completaron una excelente actuación frente a sus parciales, quienes deberían sentirse satisfechos de contar –sin lugar a dudas– con el equipo más combativo de Cuba. Ahora, de regreso a predios capitalinos, la tarea no es nada sencilla.
Los dirigidos por Jesús Martos han puesto tensión a una final que parecía simple trámite e imprimieron el toque de distinción que precisa el baloncesto en la isla. Sin embargo, el sueño de retener la corona precisa de vencer a los Capitalinos en su propia casa, algo que nadie ha conseguido en la actual campaña.
Por su parte, las pinareñas hallaron férreas rivales en las Capitalinas y buscarán retener su corona cuando este lunes regresen a la occidental sala 19 de Noviembre. Con balance de 3-2 en esta final de la versión femenina de la Liga, Pinar del Río aún parece favorito al cetro y la apuesta más lógica sería por las pativerdes.
El sufrimiento de los favoritos se ha extendido más de lo pronosticado, pero aún las cifras los favorecen. Ahora, si bien ambos tiene dos chances para completar una temporada espectacular, la mejor opción para los habaneros y vueltabajeras sería vencer en el sexto choque, sin más complicaciones y haciendo valer la superioridad mostrada en la clasificatoria; pues una victoria en el próximo duelo sería una inyección de autoestima para avileños y Capitalinas, una que –anímicamente– podría resultar definitoria.