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Empeños por una sola salud

El pleno acceso a medios técnicos y la alta competencia profesional distinguen los servicios veterinarios en Santiago de Cuba. | foto: De la autora
El pleno acceso a medios técnicos y la alta competencia profesional distinguen los servicios veterinarios en Santiago de Cuba. | foto: De la autora

Para la mayoría de las personas los males físicos de un león, una cotorra, un cerdo, un perro o un delfín resultan indescifrables, pero algunos humanos, dotados de una aptitud diferente, sí logran “entenderse” con los animales.

Gracias entonces que existen los técnicos y médicos veterinarios, esos que mañana celebran su día con plena conciencia de la importancia de la labor que realizan, aun cuando no todos la valoren en su real dimensión.

En la provincia de Santiago de Cuba la fecha se asume con renovados bríos, a tenor de los resultados alcanzados al cierre del pasado año, los que ubican al territorio en el primer lugar a nivel del país.

“No es el fruto de solo 12 meses, sino de un quehacer sostenido en el tiempo, asegura la doctora Milka Fernández Olivares, directora de la sede provincial del Instituto de Medicina Veterinaria (IMV), siempre nos hemos ubicado en la vanguardia gracias a la responsabilidad y dedicación de 469 técnicos y 373 médicos, presentes en todos los rincones donde se requiera su presencia.

“Exhibimos buenos resultados en indicadores que miden la efectividad de los servicios veterinarios y que hablan en muy alto grado del desempeño en la atención a la masa bovina, con un índice de mortalidad de 2,52 %, muy por debajo de la media del país que fue de 3,64 %, lo que para nosotros representa que murieron mil 376 cabezas menos con relación al 2013.

“También destacamos en la investigación y en la vacunación de diferentes especies, además de mantenernos libres de enfermedades como la brucelosis, la tuberculosis y la anemia infecciosa equina.

“Pero todavía hay mucho por hacer; la vida misma impone cada vez más retos a los veterinarios, los que nos obligan a estudiar y prepararnos con rigor; están, por ejemplo, las enfermedades reemergentes, y ahora se suma la sequía que azota a Santiago de Cuba.

“En tal sentido estamos muy atentos, pendientes del manejo de la masa, del uso responsable del agua disponible, de los movimientos del rebaño y del cumplimiento de las normas zootécnicas”.

El otro médico de la familia

Un laboratorio, una granja avícola o pecuaria, un zoológico, un acuario, un aula universitaria o politécnica, una vaquería, una cooperativa agropecuaria, puertos y aeropuertos son, entre otros, los sitios por excelencia para el trabajo de los especialistas veterinarios; pero un lugar en particular los visibiliza más ante los ojos del pueblo: las clínicas comunitarias.

Como norma, aquellos que asumen el cuidado de una mascota llegan a sentirla como parte de su familia, de ahí que los médicos responsabilizados con la atención del perro, el gato, la cotorra y hasta la jicotea, se conviertan también en figuras muy queridas en tantísimos hogares.

En sus más de 35 años de labor, en los cuales se incluye una misión en Haití, el doctor José Manuel Barroso sabe de esta y otras experiencias, desde uno de los 22 consultorios veterinarios de Santiago de Cuba asume el diagnóstico y tratamiento de un centenar de animales al mes, lo mismo por padecimientos comunes como el parasitismo o la intoxicación alimentaria, que en asuntos más complejos como el ultrasonido o la cirugía.

“Aquí emitimos las certificaciones veterinarias para la entrada y salida del país de animales afectivos y, además, realizamos una labor asistencial que las personas agradecen mucho, e incluso los propios pacientes, aunque este de aquí, dice señalando al perrito que examina, me tiene un miedo terrible”.

Junto al doctor Barroso otros profesionales de meritorio quehacer en las investigaciones científicas, en el cumplimiento de misiones internacionalistas, condecorados con la distinción Marcos Martí, jóvenes sobresalientes, fundadores del IMV y jubilados que no se desvinculan jamás, reciben por estos días el reconocimiento especial por el 24 de marzo, fecha ideal para la felicitación y para recordarnos a todos que gracias a los veterinarios existe una buena salud animal, garantía de vida para los humanos.

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