Una vez más, como ha sucedido en la última década, la gran final de la Liga Superior de Baloncesto tendrá a Capitalinos y Ciego de Ávila como protagonistas a partir del 20 de marzo, con comienzo del play off (al mejor en siete desafíos) por La Habana.
Estos dos equipos llegaron a la discusión del título por caminos diversos: Capitalinos, invicto en 30 salidas y con todos sus hombres en plenitud de forma; Ciego, administrando sus fuerzas y jugadores, pero implacable en los momentos decisivos.
Los habaneros solventaron el duelo semifinal contra Santiago de Cuba en tres salidas, la última de ellas con pizarra de 85-72. En estos partidos los azules no dieron oportunidad a sus rivales de turno, quienes concluirán finalmente en el cuarto puesto general a pesar de las expectativas generadas por un equipo que impresionó dada su amplia ofensiva durante la fase regular.
Por su parte, los avileños luego de ceder en el segundo encuentro con Artemisa (dueños ya del tercer escaño), consiguieron par de victorias consecutivas en su cuartel general de la Sala Giraldo Córdoba Cardín con scores de 85-73 y 97-61.
Así, los discípulos de Rainel Panfet se perfilan hoy como máximos favoritos para coronarse en esta edición de 2015. Tal afirmación no se basa únicamente en haber masacrado a sus oponentes durante la etapa clasificatoria, sino en la fuerza que le imprime contar con una segunda línea de excelente nivel y capaz de mantener –e incluso ampliar– la ventaja que obtiene los jugadores regulares.
Tal situación los favorece mucho ante unos Búfalos que deberán exprimir a sus principales hombres si aspiran a ofrecer resistencia a sus más enconados competidores. Sin embargo, esta premisa choca con una realidad: Yoan Luis Haití, William Granda y Yasser Rodríguez no están al tope de su capacidad física, y arrastran lesiones desde la clasificatoria.
No obstante, hablamos de los Búfalos Avileños: octacampeones de Cuba en los últimos diez años, con una tradición ganadora que ha conseguido imponerse aún en ocasiones cuando no fueron favoritos.
Por eso, amén de sus falencias físicas y de no contar hoy con hombres que resultaron claves en anteriores años, Ciego es siempre un equipo de respeto al cual jamás debe subestimarse en partidos de postemporadas en los cuales la experiencia competitiva siempre tiene un rol importante.
Nada podría asegurarse desde ahora, pues la historia entre estas dos selecciones ha demostrado que los vaticinios basados en cifras y lógica pueden ser despedazados. Eso sí, nadie dude que Ciego y Capitalinos regalarán un play off final de lujo, a la altura de los dos mejores equipos de la máxima categoría del baloncesto en Cuba.