Son 200 los delegados e invitados oficiales a la Primera Conferencia Nacional del Sindicato de Energía y Minas, pero Yuneisy García Rodríguez trajo consigo al 201.
A ella se le ve feliz; en su vientre está un futuro minero que tiene en las tierras rojas de Moa el lugar para asentarse y convertirse en un dirigente sindical como su mamá, tecnóloga de proceso en la empresa Comandante Ernesto Guevara de esa zona minera de Holguín.
Yuneisy , con más de cinco meses de embarazo, es la joya más cuidada y valiosa de la delegación, tanto como el níquel que se procesa en su industria.
Esta muchacha, una de las más jóvenes delegadas que asisten a la cita, confía en los resultados que tendrá la Conferencia en cada colectivo del país y en las posibilidades de hacer cada día más viable el Socialismo, sistema que asegura el bienestar de la niñez cubana.
Para ella estas jornadas son una experiencia especial que espera contar a su futuro hijo con la misma magia con la que podrá narrarle los cuentos infantiles, porque él y ella son acogidos con el más inmenso de los cariños y la admiración más sincera.
Ambos representan el porvenir y la esperanza que tiene en el desarrollo y avance de este sector un eslabón decisivo para la sostenibilidad del proyecto social cubano.